Por. Henry Puente.
Los concursos de belleza que animaban con esplendor y felicidad el mundo los carnavales cubanos, junto a las modelos de cine y televisión, transformaban la isla de Cuba en algo espectacular, antiguos jurados de esos certámenes de belleza, como el pintor René Portocarrero, la escultora Rita Longa y el fotógrafo Alberto Díaz (Korda) todos sin excepción, se mostraban partidarios de la existencia de dichos eventos, exponiendo que significaban una enorme representatividad y colorido, junto con los lujosos carnavales de la época.
Aquellos concursos eran muy especiales, pues no solo se ponderaban los atractivos físicos, sino también el intelecto y cultura de las jóvenes participantes. Como tales, los certámenes de belleza comenzaron con el siglo XX y no podemos olvidar que la primera reina fue una joven tabacalera, desafortunada e inexplicablemente, los últimos concursos en Cuba se realizaron en los primeros años de la década del 70, permaneciendo por completo eliminados hasta el día de hoy.
Me dediqué, gracias a la existencia de internet, a realizar un inventario que permitiera hallar la cantidad de reinas, damas y modelos que existieron en Cuba, la conclusión fue asombrosa, ya que el número de hermosas mujeres dentro de la historia nacional resulta considerable, la mayoría de ellas terminaron como revelación de bellezas que fueron lanzadas como vía cultural, llegando a sitiales importantes en el cine, la radio y la televisión, entre las muchas, citaré solo algunas.
Norka, para muchos la mejor modelo cubana de todos los tiempos, la cuál llegó a ser contratada por la prestigiosa casa Christian Dior, siempre mencionó una limitante en las modelos de la isla, confesando, que las cubanas nacieron para gustarles a los hombres y el fashion show exige que el maniquí se comporte como una percha que se mueve, no obstante, alabó los concursos de belleza como una frivolidad inherente a la condición humana, porque no solo de consignas viven el hombre y la mujer, aseveró la fabulosa modelo en forma radical, argumentando, que eliminar este tipo de espectáculo fue una total herejía al glamur y la belleza.
La fallecida Dinorah del Real (reina del carnaval de La Habana en 1955), que nunca quiso que le mencionaran el asunto, ya que para ella era casi un tabú hablar sobre el tema, después relató que nunca estuvo de acuerdo en la extinción de esos concursos de los cuales proviene, que en su momento, disfrutó sobremanera la pompa de las perseguidoras de la policía siguiendo el lujoso convertible que transportaba a la reina y sus damas, Del Real, quién más tarde fue una de las más celebradas locutoras de la televisión cubana, puesto al cual accedió por su belleza en la era capitalista, a pesar de estar graduada de la Escuela Normal de Maestros.
La actriz Ana Viñas fue dama del carnaval en 1958, posteriormente se convirtió en modelo de la cerveza Hatuey, matriculó actuación y se convirtió en una de las mejores actrices de teatro y cine del país con títulos como Los Sobrevivientes, de Tomás Gutiérrezy Alea. Le siguió el turno a Flora Lauten, la última Miss Cuba que compitió en el concurso de Miami Beach en 1960, en dónde fue atacada en actitud exenta de cortesía y caballerosidad, quisieron arrebatarle la bandera nacional que ella defendió con valentía y civismo, está también derivaría en actriz y directora teatral.
Odalys Fuentes fue otra gran modelo de rostro único, descubierta por el empresario de televisión Gaspar Pumarejo, en aquel entonces, el canal 2 de la televisión había convocado a jóvenes para acompañar a Lucho Gatica en su primera presentación en Cuba, entonces entró un hombre inspeccionó a las decenas de muchachas y señalándola la eligió diciendo, dejen a ese animal que es lo mejor del día, contó Odalys Fuentes, la frase del empresario cubano era copia al carbón de la lanzada por el magnate Darryl Zanuck cuando se refirió a Ava Gardner, pero la esplendorosa Fuentes no terminó allí, pues fue modelo para América Latina de la línea de cosméticos Mc Factor, y junto a Ana Viñas, maniquí de la cerveza Hatuey. Odalys pasó a la actuación y dejó huella en legendarias telenovelas como Doña Bárbara y El naranjo del Patio.
Otra que su comienzo se debe a su belleza, es Diana Rosa Suárez, casi una niña participó en un concurso de belleza, se trataba de recoger fondos para un evento caritativo, ella fue quién más vendió papeletas, recaudando más dinero que ninguna otra, ganó como reina de belleza, siendo coronada por el propio presidente de la república de Cuba de aquel entonces, Manuel Urrutia Lleo, eso junto a su enorme talento, la condujo a transformarse en una amada y excelente actriz, teniendo a su haber títulos que la hicieron enormemente popular, como, «La marca del Zorro», «La tía Tula» o «El conde de Montecristo» y hoy, entre otros muchos, cuenta con el premio nacional de televisión.
Mayda Limonta fue la primera dama negra de un carnaval en la historia de Cuba, para después dedicarse exitosamente al baile, viajó mucho, casi el mundo enteró y trabajó en varios filmes importantes como «Cuba Baila» y «Cecilia Valdés», este último de Humberto Solás.
Daysi Granados, quién partió de su natal Cienfuegos a finales de los 40 y se estableció en La Habana. Trabajó en la Tienda Fin de Siglo como modelo y compitió en los certámenes de belleza de 1960 y 1961, en el último fue escogida como Dama, comenzó a trabajar en grupos de teatro aficionados y fue descubierta para el cine por Tomás Gutiérrez Alea, quien preparaba su inmortal «Memorias del subdesarollo», con su carisma y belleza, se curtió como actriz y brindó soberbias actuaciones en filmes como «Plaff» «La soledad de la jefa de despacho», es hoy por hoy una de las grandes de la escena de la isla.
Aunque en la investigación existen muchísimas más, y resultaría imposible mencionarlas a todas, terminaré con Nilda Collado, más que famosa por su despampanante belleza, participó en un concurso donde fue elegida como la mujer más bella de América, de ahí, hizo larga temporada como modelo exclusiva del cabaret Tropicana, inmediatamente partió hacía Los Estados Unidos, radicada le ofrecieron cientos de contratos como modelo y bailarina, regresó a Cuba y comenzó su labor como actriz, para muy pronto convertirse en una cotizada de la escena en toda la amplitud de la palabra.
Por tanto, es fácil percatarse que los concursos de belleza no son tan estériles ni frívolos como se dice, que traen mucho talento por descubrir, felicidad visual, alegría sin límites, adornan con creces una nación, ostentan y se hace obvio con estos pocos ejemplos mencionados, la espléndida belleza y grandiosidad de la mujer cubana, las cuáles, podrían competir en el más exigente evento de esa categoría que se presenten en cualquier lugar del Mundo, por una única y sola razón, más bellas que las cubanas no existen…..