Breve historia: LA MODERNA POESIA
Había una vez un inmigrante gallego llamado José Lopez Rodriguez que llegó a Cuba en 1890 y fundó la más famosa librería del país.
José Lopez Rodriguez se transformó en un hombre de negocios muy conocido en la ciudad, pero por su alias de Pote. En terrenos con viejas construcciones que fue adquiriendo entre 1899 y 1910, planeó Pote, durante los primeros años del siglo XX, la realización de modificaciones, a fin de adecuarlos a las características requeridas por su próspero negocio. En 1920 gestionó la modificación de Obispo y Bernaza, pretendiendo modificar la fachada, colocar arquitrabes, erigir un lucernario y construir pisos, cielo raso, carpintería y herrería nuevas. Para lo que logró la licencia requerida. Dos años después, al fallecer Pote, su viuda, Ana Luisa Serrano, solicitó una nueva licencia para sustituir dos tramos de muros interiores por arquitrabes sobre columnas, y cambiar el ornamento en el trecho comprendido por dichos muros, remodelación que llevó a la edificación a una sola planta, alargada horizontalmente y que abarcó toda la intersección de Obispo y Bernaza. Se destaca su acceso mediante la puerta con dos columnas jónicas surcadas, además del conjunto escultórico que es colocado en su parte superior. Los exteriores de la edificación se caracterizaban por sus elegantes vidrieras, donde eran exhibidas las mercancías que podían adquirirse en este comercio. Con esa estructura permaneció hasta finales de los años 30, en que José López Serrano, uno de los herederos de Pote, decidió reconstruirlo. El 17 de diciembre de 1936 se le otorgó otra licencia para la construcción de un nuevo edificio en la esquina actual. Obra que fuera declarada habitable tres años después. El edificio de dos plantas, que estaba destinado a la popular librería y a las oficinas de Cultural S.A, se levantó con una estructura de hormigón y muros de ladrillo y aún en los años 50 se encontraba totalmente ocupado por los almacenes de papel y efectos de escritorio, además de los talleres denominados La Moderna Poesía. Contaba con dos puertas de entrada y salida por Obispo, una por Bernaza para los trabajadores y otra para carga de productos y materiales por la calle Obrapía. La planta baja se destinó al almacén y a la tienda de papel, así como a diversos efectos de escritorios que comercializaban; al departamento de las mercaderías, con sus ventas mayoristas y minoristas y a un taller de máquinas de escribir y sumar, además de un área para empacar. En la planta alta radicaban las oficinas del establecimiento y el despacho de la gerencia, así como el archivo y depósito auxiliar. La modernidad no solo abarcó su próspera industria, marcó también su elegantísimo diseño arquitectónico, del cual apunta el especialista en la materia, Alejandro G. Alonso, en su obra Art Decó en La Habana Vieja, que el proyecto tomó la variante streamline o tendencia aerodinámica, cuyas peculiaridades son determinadas por los ángulos redondeados y la radical economía de elementos ornamentales, además de la compacta imagen de la estructura, que junto a su eficaz juego de volúmenes, se desarrolla en sentido horizontal. Un esencial evento que consolidó esta variante constructiva fue la Feria Mundial de New York celebrada en 1939, época que coincide con el proyecto y construcción del inmueble. Con esta nueva edificación fueron cedidos cerca de 2 metros a la acera, con el propósito de ampliar la esquina y con ello embellecerla, con lo cual se lograba dar un mayor esplendor al edificio. La consolidada firma Mira & Rosich, se encargó de su diseño, como había hecho en 1932 con el edificio conocido como “López Serrano”, propiedad también de la familia, y que resultó un perfecto ejemplo del Art Decó en La Habana. Llegó a convertirse en la principal librería del país, con filiales en algunas ciudades del interior y una amplia y diversa oferta que incluía textos impresos en España. Después de 1959 la edificación pasó a ser propiedad del estado y utilizado por entidades relacionadas con la comercialización del libro. En 1983 fue remodelado, y se le añadieron algunas oficinas, ocupó entonces su planta alta la Editorial Ediciones Cubanas. Diez años después se incorporó al fondo de Medios Básicos del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Ciudad de La Habana y en 1995 se entregó a la Oficina del Historiador de la Ciudad, que inició sus obras de rehabilitación, como parte del proceso de reanimación de la céntrica calle Obispo, en la cual se mantuvieron sus valores originales y la función para la que se concibió. Las obras se culminaron en el año 1998 y años después fue cerrada nuevamente hasta la fecha. Por sus valores históricos, arquitectónicos y urbanísticos, esta institución forma parte del grupo de inmuebles del Centro Histórico La Habana Vieja, merecedores del máximo grado de protección. La Moderna Poesía, con su elegante y sobrio estilo constructivo, mantiene aún sin prestar servicios, su interés arquitectónico y continua dándole un toque especial a la esquina de Obispo y Bernaza, ante la cual cada transeúnte tiene que detenerse para poder admirarla en todo su esplendor.