En 1957 se construye el edificio más esbelto de Cuba, el “Someillán”, con 30 pisos el arquitecto fue Fernando R. De Castro Cárdenas y el arquitecto e ingeniero estructural José A. Vila Espinosa, este último entre otras obras dirigió el equipo que calculó la estructura del “Habana Libre”. Tiene garaje, apartamentos amplios de aproximadamente 700 metros cuadrados, y una vista envidiable de la ciudad.
El edificio está situado en la calle O entre Línea y 17. Junto al Focsa, el Hotel Nacional y el Habana Libre, dan forma al característico “skyline” habanero.
El Someillán no es un edificio de marcado carácter arquitectónico, a no ser por su altura. Una arquitectura representativa de los años 50, que amenazaba con poblar el malecón de la Habana, desde La Rampa hasta el río Almendares y que debido al fin de la especulación inmobiliaria con el triunfo de la revolución, no pudo ser posible.
Si bien, este edificio no tiene ningún encanto o interés por sí solo, unido al conjunto de edificios aledaños o cercanos a este (Focsa, Habana Libre, Capri, Retiro…) contribuye a delinear un frente marítimo de marcado interés arquitectónico y paisajistico como es el malecón. Y especialmente en el área que lo circunda, vivimos visualmente una postal de los años 50. Así pues, el valor de este edifico está dado en el conjunto y en su relación y "conversación" estética con las construcciones que le rodean.