La olvidada historia del duelo a tiros entre dos senadores cubanos en plena Quinta Avenida de Miramar.
Uno de los sucesos más sonados de la primera mitad del siglo XX cubano fue el duelo que sostuvieron a tiros el 14 de julio de 1931 en plena Quinta Avenida de Miramar dos senadores cubanos que no se soportaban, el oficial del Ejército Libertador cubano, Rogerio Zayas Bazán y el Dr. en Pedagogía Modesto Maidique.
Curiosamente, tanto Zayas Bazán como Maidique eran senadores por la provincia de Camagüey y pertenecían al Partido Liberal en el poder. En el principio fueron aliados y grandes amigos, hasta que los dos se antojaron de liderar el partido en Camagüey.
Zayas Bazán era un “histórico” del liberalismo que había servido a Machado como ministro de Gobernación y había acabado con todos los chulos de las zonas de tolerancia de La Habana, por lo que tenía fama de tipo duro. Maidique, con menos historial, era, sin embargo, “el hombre fuerte de la Trocha”, con una sólida maquinaria política en la región de Ciego de Ávila y los dos apoyaron candidaturas distintas al gobierno de Camagüey: Zayas Bazán, la de su compañero de armas del Ejército Libertador, Lope Recio y Maidique la de José Antonio Villena.
Empezaron entonces a acusarse públicamente de todo lo que se sabían y no se sabían, hasta que Maidique le envió una carta a Zayas Bazán en la que le acusaba de “no tener honor”, dedicarse a dar “discursos de burdel” y le animaba a resolver el problema “como hombres”. El exministro de Gobernación le respondió de inmediato citándolo para que se encontraran el 14 de julio a las 2:00 de la tarde a la salida del ya desaparecido Puente de Pote, donde nacía la Quinta Avenida.
El oficial del Ejército Libertador cubano, Rogerio Zayas Bazán y el Dr. en Pedagogía Modesto Maidique.
Terminaba notificándole Zayas – Bazán que si no se presentaba a la cita le iba a caer a tiros donde quiera que los encontrara… Y Maidique fue, incluso llegó primero y se sentó a esperarlo.
Justo a las 2:00 de la tarde Zayas Bazán descendió de su auto y vio a su rival. Los dos senadores avanzaron lentamente el uno hacia el otro con las pistolas en la mano mientras se hacían fuego. Maidique se parapetó entonces detrás de un banco y su rival en el tronco de un framboyán. Minutos después Zayas Bazán cayó herido y Maidique huyó en su auto, pues los duelos eran ilegales y entre dos senadores, más.
Conducido al Hospital de Emergencias se pudo comprobar que el exministro de Gobernación tenía cuatro impactos de bala. A pesar de todos los esfuerzos de los médicos por estabilizarlo, estos tuvieron que asumir que las heridas eran mortales. A las 4:00 de la tarde el mismísimo Monseñor Arteaga se presentó en el hospital para suministrarle los santos óleos. Una hora más tarde el senador Zayas Bazán se iba para el otro mundo.
Maidique en su defensa esgrimió que había sido Zayas Bazán quien lo había retado y que todo había sido una “fatalidad”. Sin embargo, el hecho de que su rival hubiera sido herido por cuatro disparos, aún estando parapetado detrás de un árbol hizo sospechar a la policía que contra el exministro de Gobernación habían hecho fuego varios tiradores, algo que siempre negó Maidique y que, además, nunca se pudo probar.
La nota más desvergonzada de la tragedia la puso al final el Senado de la República que se reunió en secreto el 20 de julio y acordó dejar que Maidique saliera de Cuba con rumbo a Honduras con inmunidad. La policía se quedó perpleja, pero así eran las cosas por aquel entonces.
Diez años después Maidique regresó a Cuba e intentó hacer renacer su vida política, pero esta ya estaba remuerta. El 14 de enero de 1941 mientras se encaminaba al despacho del Dr. Carlos Márquez Sterling lo cosieron a balazos. Nunca se supo quién fue su asesino.