INSTITUCIÓN MASÓNICA DE
CUBA
~HIJAS DE LA ACACIA~
La masonería preocupada al considerar que la familia y el hogar son las bases fundamentales de toda Sociedad, le ha concedido un papel especial a la mujer y al paso de las civilizaciones ha llevado la idea de sostenerla en entidades Para-masónicas al lado de los masones.
Transcurría la década de los años 1930 cuando el I.:H.: Gabriel García Galán, de larga y brillante trayectoria masónica, soñó con incorporar a la mujer a la obra masónica del hombre y una vez convencido del valor de su idea luchó incansablemente hasta convertirla en realidad, a consecuencia de su espiritualidad desbordante, Gabriel García Galán veía en la mujer un símbolo de grandeza inefable, vio en ella algo que la hacía merecedora de incorporarla sin interferencia, a las labores filantrópicas dentro de la Institución tradicionalista.
No fue fácil poder convencer a todos de la importancia de su tesis, pero venciendo ideologías contrarias y echando a un lado temores logró trasmitir a otros esa convicción suya sobre el valor incalculable que tiene toda obra femenina como apoyo magnífico para completar la obra del hombre. Tras meditado y profundo estudio en justa interpretación de los postulados de la masonería y respetando sin rozar los Antiguos Límites, preparó una bien estudiada moción sobre su proyecto: crear una Institución Paramasónica, constituida exclusivamente por mujeres y totalmente autónoma, basada en los preciosos postulados de la Masonería Universal, pero con reglamentación y liturgias propias. Y después de estudiarla mucho, presentó esa ponencia en la Sesión Semestral de la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. del año 1936 y la fundación de la propuesta asociación fue aprobada por los masones de Cuba.
Para su bella obra el fundador había buscado un simbólico nombre: “Hijas de la Acacia”.Se escogió el domingo 21 de marzo, efemérides gloriosa del natalicio del distinguido masón mejicano, el I.:H.: Benito Juárez, el Benemérito de las Américas, para cumplimentar ese acuerdo de la Alta Cámara Masónica y fundar esta Asociación única en el mundo en los que respecta a sus fundamentos y propósitos. A las 5:00 de la tarde en la “Catedral Escocesa” de la Ciudad de la Habana y con la anuencia del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba, nació con honda emoción de las Femeninas y de los masones la Logia # 1 de la Orden “Hijas de la Acacia” con un grupo de 43 mujeres llenas de entusiasmo y esperanzas.
Junto al fundador las preciadas figuras de sus colaboradores más directos quienes prestaron su apoyo, el M.:R.:G.:M.: Gonzalo García Pedroso, RR.:HH.: Roger Fernández Callejas, Cosme Lino Dou, Miguel Ángel Valdés Valdés, José Gárate Bru, Cesáreo González Naredo, Ricardo Mestre Llano, entre muchos otros. También apoyaron Logias como: América, Lazos de Unión, Guaicanamar y otras.
Fundada la Orden “Hijas de la Acacia” en Cuba, sus Logias son exclusivamente de mujeres, al servicio de los mismos ideales de la Masonería Universal, pero totalmente independientes de las Logias de hombres, con distintos rituales Litúrgicos, grados, signos y palabras de reconocimiento, la misma para cumplir los recios mandatos de la Asociación Femenina no admiten en sus trabajos Internos de Logia, a hombres de ninguna clase o condición, a no ser que se trate de reuniones conjuntas o sesiones en “Tenidas Blancas”.
La Orden “Hijas de la Acacia” establece entre sus requisitos:
Serán mujeres libres de buenas costumbres y correcta conducta moral, entre 18 y 60 años para su iniciación, con solvencia económica que le permita pagar sus cuotas de membresía, gastos sociales y otras contribuciones sin sacrificio de su familia.
No pertenecerá al Acacismo, quien no se sienta buena madre, buena esposa, buena hija o buena hermana, porque mal puede querer a su hermana de ideales, quien no vea en la familia, la base fundamental de la vida de los pueblos.
Las afiliadas a la institución prestarán su concurso a toda empresa que redunde en beneficio de la educación y la instrucción de los semejantes, para combatir la ignorancia fuente de grandes males de la humanidad.
Las Hijas de la Acacia se destacan en la práctica de las virtudes y pulen las personalidades para evitar las bajas pasiones, tales como el odio, envidias, incomprensiones, los vicios, etc., transitando por el camino del amor y practicando la caridad desinteresada con el fin de lograr la paz y el amor entre todos los seres humanos. De ahí surge el tríptico que llevan en su emblema de: Paz, Amor y Caridad, además Las Hijas de la Acacia hacen suyos los principios Universales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Con la finalidad de evitar discrepancias entre hermanas, no se tratan en sus sesiones temas sectarios relacionados con la política o con la religión.
Son Las Hijas de la Acacia exigentes al aceptar la iniciación de una profana, prefieren siempre la calidad humana, a la cantidad, haciéndoles saber el compromiso que contraen al iniciarse en esta Asociación a la que han de estar dispuestas a dar lo mejor de sí y cumplir con sus estatutos y reglamentos.
Resaltan Las Hijas de la Acacia los valores humanos, el amor a la patria y el respeto a las leyes del país donde tienen asiento.
Sembrada la semilla de Las Hijas de la Acacia se fueron multiplicando sus flores blancas y perfumadas por todo el país, fundándose Logias en casi todas las localidades importantes de Cuba y extendiéndose a Centro América, fundándose la Logia “Hijas de la Acacia No. 60” en Panamá, auspiciada por la R.:L.: “Rosa de América 1”el 10 de julio de 1952; la Logia “Hijas de la Acacia No. 65”en Costa Rica auspiciada por la R.:L.: “Hermes No. 7” el 4 de julio de l953 y la Logia “Hijas de la Acacia No. 87” en Guatemala, auspiciada por la R.:L.: “Firmeza No. 3”el 6 de enero de 1958. En la actualidad se fundaron nuevas Logias en San Marcos, Provincia de Guatemala, una nueva Logia en El Salvador.
A los seis años de fundada la Orden, el 21 de marzo de 1943, surge el Gran Consejo como organismo rector y con él la primera Gran Gentil Mentora que se llamó Piedad Reinhart Núñez y las Grandes Funcionarias que la acompañaron en el periodo de gestión de dirección y administración. Muchas mujeres valiosas han resaltado dentro de la Institución dejando su huella inolvidable, entre ellas encabezan la relación: Leonor Valdés Barrabí, Cristina Álvarez Pujals, Eloísa Rodríguez Suñer y Josefina Echemendía Sánchez. Hasta el momento han existido 18 Grandes Gentiles Mentoras en Cuba, teniendo en cuenta la actual, dejando todas ellas su aporte positivo.