Mercedes Sirvén Pérez-Puelles.
Fue una Doctora en Farmacia. Única mujer que durante las guerras de independencia de Cuba alcanzó los grados de Comandante del Ejército Libertador.
Nació en 1872 en Bucaramanga, capital del departamento de Santander, Colombia, de padres emigrados cubanos. Vivió en Holguín antes y después de la Guerra de 1895 y ejerció su profesión en esta ciudad y en Gibara.
Procedía de una familia acaudalada y patriota. El padre, Faustino Sirvén Durán, era el médico de la municipalidad holguinera.
Al estallar la Guerra de 1895, el doctor Sirvén se mantuvo en la ciudad mientras pudo, ayudando siempre al campo insurrecto, hasta el 12 de diciembre cuando se incorpora al Ejército Libertador como jefe de Sanidad en la Tercera División del Segundo Cuerpo, que comandaba el Mayor General José Manuel Capote.
La familia Sirvén Pérez-Puelles, oriunda de La Habana, regresó a Cuba después del Pacto del Zanjón y se radicó en Holguín. La formaban los padres Faustino y María y tres hijos: Ricardo y Mercedita, quienes habían nacido en Bucaramanga, Colombia, y Faustino en Puerto Plata, República Dominicana. Todos crecerían en Holguín. Ricardo y Mercedita se hicieron Licenciados en Farmacia, en tanto, Faustino estudió Medicina, como el padre.
Mercedes Sirvén era una mujer de singular valor. Su botica revolucionaria abastecía de medicamentos y materiales de curación a diferentes hospitales de guerra, tanto fijos como ambulantes, en todo el territorio holguinero y tunero. Su hermano Ricardo era el más eficiente suministrador. Ella hacía la distribución sola, sin más compañía que su mula y su fusil.
Farmacia Sirvén
En octubre del año 1896, Mercedita ingresó en el campo insurrecto, en la finca Palmarito de Gamboa, al sur de Las Tunas. Mercedes estableció un hospital de sangre, donde Consuelo serviría como enfermera. A finales de este mismo año se le confirieron los grados de capitana del Ejército Libertador, Cuerpo de Seguridad por el general de brigada Eugenio Sánchez Agramonte y en 1897 fue ascendida a Comandante. Fue la mujer que más alta graduación militar alcanzó en este ejército.
Al finalizar la contienda se le nombró al frente de la farmacia del Hospital Civil de Holguín y luego ella fundó su propio establecimiento en Gibara. En 1812 regresó a Holguín y quedó al frente de la farmacia-droguería Sirvén. En 1915 develó la estatua de la libertad erigida en el parque de Gibara. Años antes había formado parte del patronato para la erección de la estatua de la libertad de Puerto Padre en octubre de 1904.
Faustino, como médico cirujano alcanzó el grado de Coronel. Cuando terminó la guerra fue nombrado, por el gobierno interventor, alcalde de Puerto Padre y al instaurarse la República en 1902 fue electo Representante a la primera Cámara. Así se trasladó a La Habana con su familia y allí vivió el resto de su vida sirviendo como médico. Falleció en 1933.
No tuve la gloria de nacer en ese pedazo de suelo cubano; pero me siento holguinera, por el cariño que le tengo a todos los que son; porque a Holguín debo inmerecidos afectos y honores; porque a mis correligionarios de allí, debo su designación para representar a la provincia de Oriente, en el Congreso Cubano; porque allí he vivido los mejores años de mi vida; porque para mi mayor gloria, holguineros son mis hijos y porque allí quiero que, en el panteón de mis mayores, dormir el sueño eterno de la muerte.
Vivió en Gibara hasta 1944. Poco a poco, la familia se trasladó a La Habana. La última fue Mercedes, quien murió allí el 28 de mayo de 1948.