José Maceo “El León de Oriente” fue el único de la estirpe que combatió en las tres contiendas bélicas; de los 30 años que duró la gesta de independencia. Fue partícipe de más de 1500 combates y tenía en su cuerpo 19 marcas de bala como medallas de luchador incansable por la independencia de Cuba
Hijo de la madre inmortal Mariana Grajales y de Marcos Maceo, José nace en febrero de 1849 en Majaguabo, San Luis, Oriente, cuatro años después que su hermano Antonio.
Al concluir la guerra de los Diez Años ya era coronel. Después de figurar entre los que protestaron en Mangos de Baraguá por el ominoso Pacto del Zanjón no salió de Cuba, y trabajó activamente junto a Guillermón Moncada, Quintín Banderas y Bartolomé Masó, en la zona oriental, para crear las condiciones propicias del nuevo estallido insurreccional.
Al término de la Guerra Chiquita, con grados de General de Brigada, llegó preso a Chafarinas (Africa) en 1880, y logró su fuga dos años después. Huyendo y en el exilio conoció Argelia, Nueva York, Kingston, Panamá y Costa Rica. Formó parte de la expedición que condujo Flor Crombet y que desembarcó por Duaba el primero de abril de 1895. Desde esa fecha y hasta que hizo contacto con las fuerzas de Periquito Pérez escenificó su increíble “Odisea”, sobreviviendo solo con cien balas y su Winchester, eludiendo la tremenda persecución de las guerrilleros de Yateras, alimentándose de naranjas agrias y caminando un aproximado de cuarenta leguas.
José Maceo combatía siempre al frente de su tropa, revólver en mano que de vez en cuando disparaba volviéndose después a los suyos para darles ánimo. El día de su caída en Loma del Gato estaba próximo a un encuentro con el Generalísimo Máximo Gómez. Se había ganado el respeto hasta de sus enemigos que lo temían; por su decisión y coraje convertía en victorias aparentes derrotas.
Cayó en combate en el año 1896 en Loma de Gato