Hay al menos cinco o seis versiones de su fecha de nacimiento. La que se cree más aceptada dice que fue el 11 de diciembre de 1916.
Nació en Matanzas, Cuba, donde cursó estudios de piano y hace sus pinitos profesionales con algunas de las orquestas locales.
En 1940 se traslada a La Habana donde consigue colocarse en algunos grupos musicales que tocaban en el Pennsylvania o el Kursal.En una de estas agrupaciones conoce al cantante Orlando Guerra, "Cascarita", y gracias a su recomendación entra en la orquesta Casino de la Playa en 1942.
Viaja a México y al poco tiempo forma una orquesta.
La música latinoamericana no sería como la conocemos sin los aportes de Dámaso Pérez Prado.
El éxito del mambo al comenzar la década de los años cincuenta fue rotundo. Muy pronto su orquesta se presentaba en los mejores escenarios y centros nocturnos como el Margo, el Río Rosa o Los Ángeles. Entre sus composiciones más destacadas se encuentran Qué rico el mambo y Mambo Nº 5.
El cara e’foca –como le tituló Benny Moré, “El Bárbaro del Ritmo”– desembarcó en tierras mexicanas en octubre de 1949 para enseñar los ritmos aprendidos de Arsenio Rodríguez y Orestes López, los creadores del mambo. Ellos hacían arreglos de danzón con notas de swing, que le daba más cabida a las percusiones y un compás mucho más acelerado.
Para la Ciudad de México, la década de los cincuenta fue algo así como la segunda ola de la modernidad, gracias en parte a la importación y “tropicalización” de productos culturales de Europa y Estados Unidos. El Rey del mambo compartió esa base con su nuevo estilo, que se cargaba mucho más hacia la influencia norteamericana del jazz y con el que amplió la orquesta tradicional para tener cinco trompetas, cinco saxofones, contrabajo, batería, maracas, cencerro, bongó y tumbadoras.
El mambo iluminó el panorama musical con una mezcla de los tradicionales sonidos caribeños con lo más caliente de las big-bands estadounidenses.
La revolución musical de Pérez Prado definió los sonidos de la región; sin embargo, su influencia va más allá de la música. Estos son algunos homenajes que se le han hecho al Rey del Mambo desde diversas disciplinas: desde su propia orquesta amenizando una de las entregas de premios cinematográficos más relevantes de Iberoamérica, la reinterpretación de una de sus canciones para la película más famosa de Fellini,
La Dolce Vita, hasta una serie de cápsulas temáticas de la Fonoteca Nacional.
En octubre de 1953 deja México y regresa a la Habana.
Adquirió la nacionalidad mexicana en 1980.
Dámaso Pérez Prado falleció a causa de un paro cardíaco el 14 de septiembre de 1989 en Ciudad de México.
El mambo generó en México y el resto de Latinoamérica un movimiento similar a lo que los Beatles en los países angloparlantes y por eso hoy, a mas de cien años después del nacimiento de Dámaso Pérez Prado, no está de más hablar de lo que hizo, o mejor aún, escucharlo.