<< Escaleras de Jaruco, fusión de historia y naturaleza >>
Jaruco, pueblo centenario fundado con el Título de "Ciudad Condal San Juan de Jaruco" por el Rey de España Carlos III en 1770, cuenta entre sus atractivos a las Escaleras de Jaruco, asiento de historia y bellos paisajes que están situadas a pocos kilómetros de la ciudad de la Habana.
El nombre lo adopta por la disposición de sus elevaciones interrumpidas por hermosos valles y se tiende magnífica en todo su esplendor natural.
Ocupa un área de 18 Km2 y sus elevaciones no rebasan los 350 metros de altura, con tupida vegetación de belleza característica y fauna de gran diversidad.
El sistema montañoso Escaleras de Jaruco, está formado por elevaciones que forman terrazas con rocas cársicas y paisajes llanos extendidas de oeste a este, que se distinguen a varios kilómetros de distancia, presentan aspecto de mogotes con numerosas cuevas; los lugares más elevados son Sitio Perdido (240 m) y Gunugú (330 m). Descuellan entre sus lomas La Vigía, desde la cual se distingue la costa norte y los valles de la zona.
Las elevaciones de las Escaleras de Jaruco fueron asiento desde hace siglos de los aborígenes del país.
Más tarde en el período colonial fueron un refugio casi perfecto, para esclavos cimarrones que huían de los ingenios azucareros que existían cerca de la zona.
En las luchas independentistas de Cuba, los mambises también usaron esta zona como base de operaciones,
Entre las cuevas del área está la conocida por Cueva del Cura, con 150 metros de desnivel que se considera una de las más hondas del occidente del país y de gran importancia estratégica y la Cueva de Aguirre donde tuvo su puesto de mando del Mayor General del Ejército Libertador José María Aguirre, considerado el patriota insigne del Municipio Jaruco.
Además se localizan la Cueva Sitio Perdido, La Cueva Los Tarecos, lugar donde los habitantes de la zona que eran yucatecos se refugiaron de la persecución desatada por la Reconcentración de Weyler, la Cueva del Jagüey, La Cueva de la Yagruma y la Cueva de los Bandoleros donde se han hallado restos arqueológicos.
La flora es muy abundante pudiéndose admirar gran cantidad de plantas cubanas y algunas sólo endémicas de la zona.
Entre ellas: cedro macho, caoba, cuaba blanca, amansaguapo, cigua, caisimón, roble, guano de distintos tipos, etc.
Entre las especies endémicas se encuentran la espuela de caballero o manují, guairaje, platanillo de Cuba, rabo de gato, limón mate prieto o pinipini, yuquilla de paredón, etc.
También abundan las malangas ornamentales que se han vuelto silvestres y adueñado del tronco de varios árboles.
De la fauna hay ejemplares de tocororos, carpinteros, sijús, chipolos, murciélagos en las cuevas, etc.
A finales de los sesenta del siglo pasado se inauguró allí un parque y
sus instalaciones están situadas en las cimas de varios farallones, desde donde se disfrutan vistas maravillosas y un entorno natural casi salvaje.
La historia se funde con la
naturaleza y le otorga merecida importancia a este lugar que durante décadas ha acogido a visitantes que optan por el recreo y el disfrute de un bello entorno.