El indio de la Hatuey no es cubano ni dominicano.
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Cuando uno escucha la palabra Hatuey, si es cubano, le vienen dos cosas a la mente: el indio y la cerveza.
El primero se refiere a Hatuey, un cacique taíno proveniente de la isla de Quisqueya, llamada por los españoles La Española y que ocupan actualmente Haití y República Dominicana, el cual al ser expulsado de Guajabá, su lugar de origen, por los conquistadores se fue a la parte oriental de Cuba y contactó con las tribus taínas de esa zona y los preparó para la lucha contra los intrusos y les recomendó deshacerse del oro que poseían porque ese era el dios de los hombres blancos. Atacó en pequeños grupos a Baracoa y hostigó a los españoles pero la superioridad técnica hizo que fuera detenido y condenado a la hoguera.
Todos conocemos que cuando un cura, el padre Olmedo le preguntó si quería convertirse al cristianismo para ir al cielo, Hatuey le respondió: " si los españoles también van al cielo, prefiero ir a cualquier parte donde no estén y por no ver gente tan cruel".
Yara, el lugar donde se asume ocurrió el suplicio de Hatuey y después se realizó el Grito de Yara, el inicio de nuestras guerras de independencia, cuenta con un monumento en su honor, aunque hay quienes dicen que cerca de Baracoa también hay un lugar llamado Yara y los naturales se hacen eco de una leyenda que ha trascendido medio siglo sobre La Luz de Yara, una luz crepuscular que varía de tamaño y que le sale al paso a los que por allí pasan y que no es más que una manifestación del bravo cacique.
Y la segunda es una popular bebida cubana, una cerveza de mucha calidad que pretendía ser, y lo fue, competencia de la Tropical y que propiedad de la Bacardí fue lanzada en 1927 en Santiago de Cuba con la marca Hatuey. Por supuesto que Hatuey tenía una imagen del emblemático aborigen como símbolo que la identificaba. Sus rasgos fisonómicos son los propios de un indio caribeño, con facciones mongoloides según los dibujos de la época e igualmente son acertados sus atuendos, los documentados durante la conquista.
En sus primeros veinte años Hatuey resultó un producto de mucha aceptación, por lo que se construyeron otras dos fábricas, una en la parte central de la Isla, en Manacas, y otra en los alrededores de la capital, la Cervecería Modelo del Cotorro. A pesar de una fuerte campaña publicitaria y el exponencial crecimiento de sus ventas, se consideraba que su propaganda se habías hecho sobre la base de una imagen muy conservadora y poco atractiva.
Teniendo en cuenta estos criterios la Bacardí consideró conveniente rediseñar la imagen de la cerveza en los años 50 para lo que contrataron a una prestigiosa agencia publicitaria, la OTPLA (Organización Técnica Publicitaria Latino Americana)., la que rediseñó la representación de la marca.
El rediseño conllevaba, según sus criterios cambiar la imagen del indio Hatuey y finalmente escogieron una que no engaña a ningún conocedor de la historia o a una persona con cultura media, la escogida, con una asombrosa inexactitud gráfica de los anales, fue la correspondiente a un indio estadounidense famoso: Pontiac, ensombreciendo completamente su asociación con el nombre que ostentaba.
El indio de plumas alargadas, como las de un águila, que no las hay en Cuba y los rasgos similares a los integrantes de las tribus iroquesas del norte de Estados Unidos eran ahora el emblema del indio Hatuey. En definitiva a los tomadores de cerveza no les interesaba la etiqueta, pero sin duda fue todo un sacrilegio cultural.
Se dice que el pintor Luis Martínez Pedro, diseñador de la OTPLA fue el que propuso la solución, que buscaba acercar al mercado norteamericano visualmente la imagen del indio. Aunque extraño para los cubanos y molesto para los trabajadores de la Bacardí, Pontiac era el símbolo indio por excelencia de los Estados Unidos, el guerrero valiente y audaz que lucho a brazo partido para expulsar a los ingleses de sus territorios. Una figura reconocida por los americanos era un gancho para que consumieran la cerveza Hatuey. Es imagen no la daban Toro Sentado, Caballo Loco, Gerónimo o Cochise.
Por eso Pontiac fue desde antes, la imagen de una conocida y popular marca de automóviles perteneciente a la General Motors, la cual estuvo produciéndose hasta 2010. Pontiac se destacó porque sus productos eran de mayor rendimiento que los Chevrolet y tenían un precio más bajo que sus equivalentes en Buick y Oldsmobile. Y la imagen del Pontiac Firebird con el mitológico pájaro de llamas en su capó es parte de la cultura pop.
Pero al pobre Hatuey lo convirtieron en un indio americano y al final salió tan jodido como aquellos, con la diferencia de que en Cuba no quedan indios y si quedaran no iban a tener los privilegios que hipócritamente les han dado en Estados Unidos después que destruyeron su civilización y los asesinaron masivamente.