Máximo Gómez ante la muerte de Martí. Sobre lo acontecido el 19 de mayo de 1895 Máximo Gómez le narraria a Don Thomas Estrada Palma años después: «¿Y por qué lo dejo usted lanzarse (a Martí)? Pudiera observarseme. A alguna distancia del enemigo le ordene se retirara, él desdeño mi orden y mientras yo ordenaba la carga no era posible que yo mirase a Martí. Cuando me pude apercibir de su caída, lo más que podía hacer lo hice, lanzarme sólo a ver si recogía su cadáver. No me fue posible, y puedo asegurar a usted que jamás me he visto en tanto peligro.» En una misiva de ese mismo mes, remitida a Benjamin Guerra, Gómez dio otros detalles: «aquel día oímos los fuegos a distancia de más de media legua de nuestro campamento, y cuando yo acudo, con la gente que tenía, a salirle al encuentro, Martí marcha a mí lado. «Hágase usted atrás, Martí, no es ahora este su puesto, le ordene Yo, lo oyeron varios. El detiene, es verdad, un tanto su caballo, pero yo con toda mi atención en el enemigo, no mire más a Martí, en la brusca acometida que se le dio aquel día al enemigo.»
About what happened on May 19, 1895 Maximo Gomez would narrate to Don Thomas Estrada Palma years later: ′′ And why did you let him launch (Mart í)? You could watch me. At some distance from the enemy I ordered him to retire, he scorned my order and while I ordered the charge it was not possible for me to look at Mart í. When I was able to notice her fall, the most I could do was, I did, just jump in to see if she picked up her body. It was not possible, and I can assure you that I have never seen myself in such danger.» In a missive of that same month, sent to Benjamin Guerra, Gomez gave other details: ′′ That day we heard the fires at a distance of more than half a league from our camp, and when I come, with the people I had, to meet him , Marti is walking beside me. ′′ You go back, Marti, it is not now your position, I ordered you, several heard. He stops, it’s true, a little bit of his horse, but I with all my attention on the enemy, do not look at Marti anymore, in the abrupt affliction that was given to the enemy that day.» ·