César Romero, actor que decía ser nieto de José Martí: primer (y quizás el mejor) Joker de la historia.
César Romero, el mayor de tres hermanos, nació en Nueva York, pero siempre proclamó con orgullo sus raíces cubanas. El hijo de María Mantilla, a quien conocemos de la historia de Cuba y su vínculo con la figura de José Martí, habló en muchas ocasiones sobre la relación entre ambos. Él se consideraba descendiente del Apóstol. Este hecho nunca ha sido oficialmente asumido.
No obstante, ser “nieto” de José Martí no es lo único altamente destacable en la vida de Romero.
En 1933 obtuvo su primer papel en el cine, después vinieron otros, muchos. Para la década de 1950, actuó en, al menos, una película por año. El que debutara como actor en una obra de teatro en Broadway con apenas 20 años, interpretó con casi 60, por primera vez en la historia cinematográfica, al personaje del Joker en la saga de Batman, en una película y una serie.
El origen hispano (su padre fue español, comandante del ejército nombrado Julio César Romero) le transmitió un carácter jocoso, pero firme. Poseía talento para el baile y los rasgos físicos del típico latin lover. Tuvo el temple para aceptar un papel como el del Joker y poner como condición que no se afeitaría el bigote (cuestión que fue resuelta con varias capas de maquillaje), pues este no era solo su marca personal, sino también una manera de resaltar su ascendencia cubana y la sangre latina.
Con peluca verde, mucho maquillaje blanco y rojo y traje de colores llamativos, César Romero pasó a la historia con el primer Joker (no son pocos quienes aseguran que su interpretación en ese rol ha sido la mejor hasta la fecha, pese a que las de Heath Ledger, Jack Nicholson y Joaquin Phoenix hayan sido estelarísimas), pero en sus 60 años de carrera artística hubo mucho más. En 1935 estuvo en el filme The Devil is a woman junto a la icónica Marlene Dietrich. Compartió escena con la cantante de samba Carmen Miranda, en 1941, al protagonizar la película A La Habana me voy, y con Sarita Montiel en la superproducción Veracruz. El Zorro y Cisco Cid fueron algunas de las series donde tuvo una notable actuación.
Entre las pocas anécdotas suyas que pueden encontrarse: los fanáticos del Joker lo paraban en las calles y le pedían que riera como el personaje.
El conocido como “latino de Manhattan”, tuvo roles muy variados debido a sus cualidades actorales: gánster italiano, príncipe indio o el más puro personaje de western. Su mejor actuación, según varios críticos y entendidos de la materia, tuvo lugar en 1947, cuando dio vida a Hernán Cortés en El Capitán de Castilla.
El año 1960 lo selló como coprotagónico del filme Ocean’s Eleven. Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis fueron algunos de los otros nombres que figuraron en el elenco.
En lo adelante siguió teniendo una participación en series y películas hasta 1977, fecha en que se le perdió el rastro. Reapareció en 1985. A finales de la década de los 80 volvió a brillar, pues su popularidad estuvo aparejada a su participación como actor fijo en la popular serie Falcon Crest.
Por si conquistar Hollywood en la era dorada no le era suficiente, su estatura (1.91m) le sirvió para trabajar como modelo de prendas de alta costura y llegó a acaparar portadas de revistas de renombre en el mundo de la moda.
Cualidades como buen conversador y don de gentes le son atribuidas en diversos medios. Su buen desempeño como bailarín le permitió crearse, además, una fama en los salones de baile hasta el punto de convertirse en uno de los compañeros más deseable de Hollywood en las fiestas.
En cuanto a su vida personal, nunca se casó, no tuvo hijos y solo su círculo más íntimo tenía conocimiento de que era homosexual. Se dice que su mansión y su preferencia sexual fueron dos de los secretos mejor guardados de Hollywood. No obstante, no temía a los chismes de la prensa dedicada a perseguir a los artistas. Tenía una amistad muy cercana con Tyrone Power, con quien viajaba a todas partes y se alojaba en su misma habitación, sin tapujos.
Recibió su estrella en el Paseo de la fama de Hollywood en 1960 y murió en 1994, víctima de una neumonía.
Su madre fue la niña cuyo retrato llevaba Martí en el pecho, justo en el momento de su muerte, y al parecer esto le era suficiente a César para considerar su linaje. Fue invitado de honor al acto de develación de la estatua del héroe en Nueva York. Queda constancia de unas declaraciones que hizo en 1953 al que fuera corresponsal de la Revista Bohemia en esa ciudad norteamericana: reveló su anhelo de encarnar en la pantalla al que denominó “mi abuelo espiritual” en el filme La Rosa Blanca, rol que finalmente recayó en el mexicano Roberto Cañedo.
Fuente : Ceci Villanelle
Cubalite.