CRONICAS DE UN CUBANO
Hace ya tiempo que llevo escribiendo estas crónicas buscando la ocasión adecuada para compartirlas.
Pero cuando salgo a la calle, y veo la tristeza y la desesperanza de una nación que no encuentras soluciones para su cotidianidad, y que vive cada día como si fueran autómatas siguiendo un burdo guión en este teatro orquestado y diabólicamente diseñando, para que el final siga siendo una y otra vez el mismo.
Me entristece ver cómo somos títeres en las manos de un sistema que nos ha demostrado que para ellos no valemos absolutamente nada, un sistema que nos usa a su antojo y para el cual solo somos peones en un gran tablero de ajedrez llamado Comunismo o Socialismo, donde somos necesarios única y exclusivamente para continuar produciendo para que una cúpula gobernante y explotadora continúe enriqueciéndose a costa del pueblo.
La historia se repite
Yo crecí escuchado que antes del 59 en Cuba había un gobierno nefasto, dictatorial, represor, que encarcelaba, y golpeaba y hasta mataba sus ciudadanos por sencillamente no pensar o no estar de acuerdo con ellos.
Que antes del 59 que había una dictadura Batistiana que les privó a los cubanos de poder elegir a su presidente de manera democrática y popular.
Crecí escuchado que antes del 59 la nación estaba sumida en escasez, miseria y pobreza, que en las tiendas había comida pero que no se podía acceder a ella porque no se tenía el dinero ni la moneda para pagarla.
Crecí escuchado que las personas morían de hambre a causa del desabastecimiento que existía, que en los hospitales no había medicamentos ni insumos para atender al pueblo trabajador, pero que nada faltaba a aquella cúpula dictatorial.
Crecí escuchando que el trabajador honrado no le alcanzaba su salario para sostener a su familia, que en las calles había una guardia que atemorizaba, golpeaba y avasallaba a los ciudadanos por cualquier cosa, a los cuales le llaman esbirros.
Crecí escuchado que los campesinos no eran dueños de las tierras y que no tenían recursos para producirlas y que tenían que trabajar para burgueses latifundistas que contralaban toda su producción.
Crecí escuchando que el imperialismo era malo y que ustedes me iban a cuidar del imperialismo y pregunto ¿quién me cuida de ustedes?
Qué raro hoy 62 años después parece que todo está como el principio y que solo cambiaron los nombres.
Hoy no se llaman Batistianos, sino Revolucionarios.
Hoy ya no es la dictadura de Batista, sino la del “Proletariado”
Hoy no se llama latifundio, sino cooperativas.
Hoy no se llama esbirros, sino policía nacional revolucionaria PNR
Hoy no se llama Imperialismo, sino Comunismo.
Hoy no se llaman escasez, sino coyuntura.
Es por eso que quiero que el mundo se entere:
Que ya estamos cansados de fingir que todo está bien, que no hay problemas, cuando todos, pero absolutamente todos sabemos que es mentira.
Estamos cansados de que nos mientan cada día a nosotros y al mundo diciendo que en Cuba nada falta y que todos está garantizado, cuando vemos que la necesidad, la miseria y la escasez se ríe cada día en nuestros rostros sin ni siquiera tener el derecho ni la oportunidad de enfrentarla.
Estamos cansado de esa propaganda engañosa que diariamente nos obligan a escuchar en los medios de difusión, de ver a un hato de periodistas parcializados y lacayos del sistema que lo único que hacen es desprestigiar su labor como comunicadores y que solo dicen mentiras tras mentiras como si le creyéramos.
Estamos casados de ver cada día como son emitidas leyes, regulaciones y medidas por este gobierno que para lo único que están pensadas, es para favorecer a los que están en el poder, leyes a las cuales estamos obligados a obedecer sin cuestionar ni discutir, aunque lo que se diga o se haga sea totalmente absurdo, ilógico, disparatado, sin sentido común y muchos veces irracional.
Estamos cansados de no poder vivir dignamente con el esfuerzo de nuestro trabajo, y que tenemos que vivir inventado para poder subsistir.
Estamos cansados que nos repriman, maltraten, avasallen cada día sin poder, ni si quiera defendernos como si nos culparan por haber nacido en esta nación, de que la culpabilidad de todo siempre la tenga el pueblo y page las consecuencias, que tiene que seguir sufriendo los errores y desaciertos de un sistema disfuncional, y retrógrado.
Estamos cansado de ver como una ideología retrograda y obtusa nos divide como cubanos y como familia, una ideología que un día te obliga a gritarle lumpes, gusanos, vende patrias a tus propios familiares porque decidieron irse del país por la precaria condición en que vivían, y al otro te usa para que le pidas dinero para poder sostenerte a ti y a ellos como gobierno.
Una ideología que solo promueve el odio, la división, el desamor, la separación, la muerte, el maltrato, el rencor, la tristeza, y el aislamiento, una ideología que ha demostrado por más de un siglo y a más de uno,que no funciona.
Autor: una Cubana que por temor a sufrir consecuencias prefirió no publicar su nombre.