El olvidado Cordón de La Habana, la idea más “brillante” del Comandante
Para muchos cubanos, el año 1967 representó la cúspide de las “iniciativas brillantes” de Fidel Castro que no llegaron a cuajar en la Isla. Por aquel entonces surgió el llamado Cordón de La Habana, el cual llegó de la mano de otras desventuras para economía cubana, como la fallida Zafra de 1970, la Ofensiva Revolucionaria y la destructiva Brigada Invasora de Maquinarias Che Guevara.
Por aquel entonces, La Habana tenía una extensión territorial de extensión territorial de 6,106 kilómetros y una superficie total agropecuaria y silvícola de 4,928. En uno de los discursos pronunciados por Fidel en esa época, este aseguró que a finales de 1969 estaría sembrado el 95% del total. En un discurso de la época -de aquellos grandilocuentes- Fidel Castro planteó que a fines de 1969, estaría sembrado el 95% del total. Según aseguraba, este proyecto abastecería la ciudad de La Habana de todas sus necesidades de alimentos en no menos de cinco años.
“De ser exitosa esta experiencia, se aplicará en Santiago de Cuba”, expresó Castro al respecto al recién inaugurado diario Granma.
Medio millón de habaneros se volcaron sobre los campos para sembrar 50 millones de cafetos
Durante la “ofensiva revolucionaria”, en 1968, surgió la idea de resembrar las fincas expropiadas que en antaño abastecían a la urbe habanera. La orden era plantar café y gandules. Se trataba de crear un jardín que hiciera desaparecer la escasez del producto e incluso exportarlo, ahorrando los costos de transportación de fruto recolectado en las montañas del este de la isla.
Para cumplir aquel objetivo a diario se movilizaban unos 25.000 trabajadores, por lo que era muy común que los centros de trabajo y estudios amanecieran cerrados, con un cartel en sus puertas que decía: “Estamos para el Cordón”.
Serían muy difícil cuantificar el costo de la transportación de estas personas, de todos los servicios que se dejaron de prestar y de la maquinaria empleada. Solamente por concepto de salarios, se fueron más de 105 millones de pesos.
¿A quién le importaba, si era una “brillante” idea del Comandante en Jefe?
El plan echó a andar el 17 de abril de 1968 y estableció su Puesto de Mando con una estructura similar a la de las Fuerzas Armadas
La joya del llamado Cordón de La Habana era el café Caturra, un café enano de sol que se cultiva en Brasil, para lo que ni siquiera se tomó en cuenta los estudios de los suelos. Baste decir que se sembraron ocho veces las matas que se plantan en México en un año. Estos datos son suficientes para que tres generaciones sepan por qué no se toma café puro en Cuba, sino mezclado con chícharos.
El gran fiasco del Cordón de La Habana tuvo otras consecuencias nada productivas. En frutales se habían garantizado 5 millones de posturas de mango, guanábana, anón, marañón, limón criollo, tamarindo, mamey y otras frutas. En la actualidad, gran parte de los niños y adolescentes ni siquiera conocen algunas de estas frutas.
El “gran jefe” hizo otro gran aporte por aquel entonces: construir grandes terrazas dedicadas a la siembra en 59 lomas de la capital. Además, ordenó la construcción de unas 80 pequeñas y medianas presas, y una de mayor tamaño, en Palo Seco, que pasaría a ser una especie de monumento a la ineficiencia.
El plan consistía en sembrar 19 mil hectáreas de café intercalado con frutales alrededor de la capital cubana.
Como también se las daba de “padre de la ganadería”, mandó a sembrar 14 millones de posturas del ya olvidado gandul (la moringa de aquel tiempo). Se erigieron gran cantidad de edificaciones que no cumplen ninguna función en estos momentos y más de 500 kilómetros de cortinas rompevientos, las cuales presuntamente se encargarían de proteger las plantaciones del efecto secante de los vientos.
Con el “desarrollo pecuario” del Cordón de la Habana, Fidel pretendía en un término breve convertir a Cuba en uno de los mayores productores de leche y carne del mundo. De más está decir que este plan se convirtió en la joya de la corona del mandato de Fidel.
En menos 150 días se construyeron en el Cordón de La Habana 458 viviendas, 130 pequeñas cochiqueras, 100 gallineros, 79 establos, 338 obras de otro tipo —comedores, almacenes— y 280 obras en áreas verdes.
La superficie del Cordón de La Habana era aproximadamente 30 000 hectáreas de tierra, de las cuales aproximadamente unas 19 000 irían sembradas de frutales con café intercalado en los frutales.
Los trabajadores “donaban” hasta tres días a la semana de su jornada laboral para ir al Cordón
El resto del área comprendía de 17000 hectáreas de pasto, ya un poco más alejadas; y además dos bosques: uno casi en el corazón de la ciudad, en las márgenes del río Almendares, que tendría unas 500 hectáreas, y otro bosque en las proximidades de la calle 100, que comprendería aproximadamente de 300 a 400 hectáreas.
Y como no podía faltar, Fidel se le ocurrió plantar en el Cordón unas 4000 hectáreas de cítricos, pues decía que en la Florida producían por encima de 5 millones de toneladas de cítricos anuales en una cantidad de tierra parecida a esta y los cubanos no podían ser menos pues sus tierras eran mejores.
A fines de 1968 Fidel Castro hizo el recuento del trabajo en el Cordón. Se habían sembrado ya 908,389 árboles frutales; 39,400 ,613 matas de café, 13,793,110 matas de gandul y 2,612,913 de plantas forestales. El proyectó fracasó cuando se descubrió que las plantas de café no progresaban debido a la plantación paralela de otra planta de crecimiento extremamente rápido, el gandul, destinada a darle sombra a la plantación, pero que absorbía todo el oxígeno de la tierra y mataba al cafeto.
FUENTE https://www.cubacute.com/2020/08/02/el-olvidado-cordon-de-la-habana-la-idea-mas-brillante-del-comandante/