Según varios referentes, se considera que en Cuba la industria heladera comenzó en los años treinta del pasado siglo, momento en que la compañía “La Lechera” empezó a fabricar los helados “Hatuey”, pero no podemos olvidar que “La Compañía Frigorífica Cubana” desde 1910 se dedicaba a la producción de hielo, helados y sorbetes. Esta empresa mercantil de La Habana, con el propósito de que sus helados llegaran a todas las clases sociales, los comercializaba con un precio reducido de venta y también los servía a cualquier hora, del día o de la noche, a su pedido por teléfono. Ya en ese año producía ciento veinte galones de helados por hora.
En 1949, surge en Pinar del Río la compañía “San Bernardo Lácteos S.A.”, que a partir de 1952 comenzó a producir los helados de igual nombre. En abril de 1960, las instalaciones de la planta se trasladaron a la Avenida Rancho Boyeros Km 7 1/2, y tras su nacionalización, y remodelación, en 1965 se inaugura oficialmente la Fábrica de Helados “Coppelia”. Surgen inicialmente los 54 sabores del helado Especial de Crema Coppelia, un helado con un 18 % de grasa y de un gran valor alimenticio.
Además de la San Bernardo, hubo varias prestigiosas marcas de helados en La Habana: Hatuey, Guarina, y El Gallito. Eran vendidos en heladerías y cafés o en vehículos ubicados en lugares concurridos. Por todas partes de la ciudad los carritos de los heladeros invitaban con el sonido de sus campanillas al disfrute de su frío cargamento, ofreciendo su tan popular y barata mercancía. Todas se disputaban el mercado y para ello se esmeraban en lograr la mejor calidad en sus productos.
Estos helados elaborados con leche en las fábricas, competían con los frutales y artesanales producidos sin leche por los chinos. Muchos consideran que no existía un helado tan rico como los realizados por los chinos, existiendo incluso comercios para su venta, entre las que puedo citarles “Los helados de París”, en la ciudad de Ciego de Ávila, cuyo propietario era Rogelio Won Chi.
Los helados más comunes de la fábrica “Guarina” eran de mantecado, chocolate, fresa, caramelo, rizado de chocolate o fresa y, a veces, mantecado abizcochado, es decir, mantecado con galletas de Maria molidas. Los bocaditos y paleticas costaban 15 centavos cada uno y se vendían en paquetes de 20 por $3 pesos. Las pintas costaban 50 centavos, los galones $4 pesos y los vasitos 10 centavos. No siempre tenían el coco glacé que creo recordar que tenían un precio de 50 o 70 centavos cada uno.