Construyendo La Habana por más de medio siglo
Cuando uno lee sobre los edificios que se construyeron en La Habana durante las primeras seis décadas del siglo XX hay un nombre que se repite constantemente y es el de la empresa constructora Purdy and Henderson. Esta era una firma de ingenieros con sede principal en New York y que en la capital cubana se convirtió en la contratista principal de muchas obras, algunas tan emblemáticas como el Capitolio o el Hotel Nacional.
El fundador de la compañía era Corydon Purdy, que había nacido en Wisconsin en 1859 y se había graduado como ingeniero civil en 1885. Inicialmente trabajó en el diseño de puentes y para 1889 se mudaba a Chicago donde fundaba una firma de consultoría con un socio. Esta era la época en que comenzaban a construirse rascacielos con estructuras de acero, como un esqueleto, (a diferencia de solo usar mampostería pesada) y Chicago era una de las ciudades más avanzadas en ese aspecto. Pronto la firma de Purdy pasó, de puentes, a calcular las estructuras de los edificios y en este sentido Purdy trabajó con varios de los edificios más altos de la época. En edificios de este tipo era muy importante tener en cuenta factores como vientos laterales, movimientos sísmicos, diferencias de temperaturas y otros donde los conocimientos de un ingeniero de estructuras era primordial. En 1893, tras perder dos socios consecutivos en corto tiempo, Purdy se asoció con Lightner Henderson, uno de sus mejores empleados, fundando así la Purdy and Henderson. Al año siguiente la firma se mudaba a New York.
Inicialmente la firma no fue recibida en esa ciudad con brazos abiertos. En New York los arquitectos acostumbraban a usar para las estructuras los diseños de las empresas proveedoras de acero y no era normal el uso de ingenieros civiles como consultores para esos diseños. Pronto los hábitos cambiaban y la empresa estaría a cargo de muchos proyectos. Uno de los más conocidos es el edificio conocido como Flatiron, un edificio muy estrecho de 22 plantas, terminado en 1902. Esta era la sede de la compañía constructora Fuller, con cercanos lazos a la Purdy and Henderson, y ellos estuvieron a cargo de la ingeniería de la estructura del especial edificio.
Para principios del siglo XX la firma tenía oficinas en ciudades como Seattle, Boston y Chicago. Aproximadamente en la época en que diseñaban la estructura del Flatiron abrían una nueva oficina, la primera fuera de Estados Unidos. Era la oficina en La Habana, un lugar donde se empezaba a construir de forma vertiginosa y donde las firmas norteamericanas eran bien recibidas. Sin embargo, en la capital cubana el trabajo abarcaba más allá del diseño de estructuras que hacían en su país y la firma se convirtió en una empresa constructora encargada de ejecutar un gran número de obras, en colaboración con muchos arquitectos, tanto norteamericanos, cubanos o de otros países.
En los primeros años los proyectos se concentraron principalmente en instituciones financieras, como bancos u otros semejantes, en La Habana Vieja (y otras ciudades del país). Poco a poco comenzaron a recibir otro tipo de encargos de edificios más grandes, como el Centro Gallego o el Centro Asturiano, para luego ser los ejecutores de proyectos como el Capitolio y el Hotel Nacional. A esto se sumó un buen número de mansiones en el Vedado y otras zonas de la ciudad.
Aquí comparto una serie de fotos. Recuerden que en el caso de las construcciones habaneras ellos no eran por lo general los encargados del diseño, eso era obra de arquitectos, normalmente de otras firmas. Es posible que ellos en la mayoría de los casos estuviesen encargados del diseño de la estructura y otras parte de la ingeniería civil de los edificios pero por lo que se hicieron más conocidos eran como responsables de la ejecución de las obras. (Es por eso que en lo posible trato de mostrar fotos de la construcción como tal.) Supongo que serían contratados por su estabilidad financiera, su eficiencia, rapidez y la calidad de su ejecución. Hay que notar que, a pesar de su edad, muchos de esos edificios se han conservado en bastante buen estado sin haber recibido mucho mantenimiento por un buen tiempo. Indudablemente, que hoy tengamos todavía muchos de esos edificios se lo debemos, en gran medida, a la calidad del trabajo de la Purdy and Henderson.
Publicado por Maritza Hastie
Publicación de Ernesto Fumero Ferreiro