<< QUEDARSE PARA VESTIR SANTOS >>
Esta expresión hoy en día está prácticamente en desuso pero hasta hace unas décadas era muy común usarla para definir a las «solteras de avanzada edad». Teóricamente esta frase se originó en España, en tiempos en los que aquellas mujeres que no conseguían casarse se entregaban de lleno a los menesteres religiosos. De tal forma, se podía ver frecuentemente a muchas solteronas realizando tareas en una iglesia, por falta de trabajos hogareños. Una de las faenas más habituales era la de vestir las imágenes de los santos que adornaban las instalaciones de los templos y de ahí la relación entre esta tarea y la soltería.