El régimen cubano, a través de la seguridad del estado, acude al latrocinio para tratar de impedir la labor ciudadana que realiza la prensa independiente dentro de la isla. Carentes de pudor, roban los medios de edición e impresión, detienen y encarcelan periodistas. Con un amplio cuerpo de oficiales, el gobierno hace un derroche de recursos aglutinando a sus más fieles verdugos, con el objetivo de aniquilar la labor al servicio de la opinión pública.
Un registro policial en la casa de un reportero es una escena antagónica a todo honor militar, el acto es típico del célebre cuento árabe Alí Babá y los cuarenta ladrones. Vale destacar que la seguridad del estado se lleva desde un paquete de hojas, lapiceros, móviles, hasta una memoria USB y en la mayoría de las ocasiones el grupo de oficiales sobrepasa a más de cinco.
Y hablamos de robo, porque ni tan siquiera han tenido la decencia de entregar un acta de ocupación, como estipula la ley escrita por ellos, con la cual pudiéramos iniciar un proceso legal
No tienen otro argumento de contención que la rapiña. Roban porque temen a la verdad, a la prensa libre, al pueblo informado.
En la actualidad, al cubano de a pie se le encarcela, por la simple acción de sacar un teléfono y tomarle una foto a un policía; así sea el riesgo, el periodista cubrirá el hecho, grabará al policía y será apaleado por informar.
Hasta la mismísima Cristina Escobar reconoció a regañadientes que el “cuento”, haciendo alusión a sus palabras; a propósito del 11 de julio, lo contamos nosotros. Los “timbirichis digitales”, mote con que nos designan, no nos quedamos en ninguna sede a defender nada, porque lo que verdaderamente nos importa: el pueblo, estaba en la calle; y hombro con hombro estuvimos con ellos.
Hoy, la prensa independiente lleva su obra humanitaria a todo el país y se ha convertido en un fenómeno de pueblo. Desde Pinar del Río hasta Santiago de Cuba la gente trata de contactarnos.
Eso, es lo que quieren impedir. No les importa razonar que gracias a los periodistas Richard Gutiérrez y Martha Liset Sànchez, miembros del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), Marianni Borges Coba, madre soltera, quien vagaba con su niña en brazos por las calles del batey Macagua, en el municipio matancero Los Arabos, el gobierno municipal, bajo presión de la opinión pública de la zona, se vio obligado a ubicarla en un apartamento. De igual forma sucedió con Elba Mérida Blancacho, enferma de insuficiencia renal crónica terminal, dependiente de hemodiálisis en días alternos y madre soltera de una niña con retraso mental; a la cual le fue asignada una pensión después de divulgado su caso.
No callamos ante el abuso, la crueldad, la impunidad con que actuó el gobierno cubano el 11 de julio. Exigimos la libertad inmediata de todos los manifestantes y reporteros independientes que aún permanecen en la cárcel.
¡Cuba, la prensa libre se une a tu lucha! Las páginas de nuestros medios están a tu disposición. Aunque hablen de dinero corriendo a manos llenas, de mercenarismo y desamor hacemos periodismo por la patria.
Por el periodista independiente Alberto Corzo
Marianni Borges Coba