InicioTodoLos CDR y la anulación de la sociedad civil cubana.

Los CDR y la anulación de la sociedad civil cubana.

Los CDR y la anulación de la sociedad civil cubana…

Ninguna sociedad en la que el gobierno se ejerce solo desde el poder, donde las decisiones que involucran y alcanzan a millones de seres surgen desde un individuo o grupo que resuelve ajeno al interés común, puede alcanzar el crecimiento, el desarrollo, entendido ese concepto desde la visión más amplia.
Así pues, lo que el régimen cubano celebra hoy es el germen del silenciamiento de la sociedad, de la sujeción de sus intereses colectivos a los que convenían y aún interesan al en aquel momento naciente régimen.
La sociedad civil, expresada en la manera como los ciudadanos se organizan sin sujeción a los intereses del Estado, recibió el primer gran golpe con la creación de esos cdr. Luego siguió el control sobre los sindicatos, las mujeres, y con el pretexto de la unidad y la defensa de la revolución frente al imperialismo la voz del pueblo fue ahogándose gradualmente.
Hoy, cuando se habla de sociedad civil en Cuba -aun recuerdo aquella visita de Juan Pablo II, donde el Castrismo permitió por intereses políticos que se escuchara públicamente ese concepto apagado por décadas- se habla de una anomalía, de algo estéril, disfuncional.
Quién, pretendiendo ser honesto e imparcial, puede negar el hecho de que los intereses y aspiraciones del pueblo no coinciden muchas veces con los del régimen que gobierna?. En Cuba, los intereses de la sociedad civil, y los de la sociedad política están a millas de distancia. Así lo considero firmemente.
Y si ese régimen en el poder controla esas organizaciones, en un espacio en el que no existe derecho a la expresión, a la protesta, a la manifestación pública de la inconformidad, como hacerse escuchar entonces?
La familia, en una sociedad democrática, debe ser el fundamento, la raíz de la nación, y luego los ciudadanos pueden crear organizaciones para los fines que persigan, pero libremente, sin que el Estado sea el fiscal de nuestras vidas, el censor de lo «bueno y lo malo».

Publicación de Joel Fonte
Compartido por Josefina Ramirez Valdes




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