El misterioso asesinato de la francesita Rachel.
Uno de los sucesos criminales más resonados de Cuba durante el primer tercio del siglo XIX fue el asesinato de Rachel Dekeirsgeiter, una bellísima joven que ejercía la prostitución en La Habana y que estaba muy ligada a la vida de la farándula y del espectáculo.
La bella Rachel «la Rosa de Francia»
Rachel Dekeirsgeiter llegó a La Habana procedente de Francia de la mano de Oscar Villaverde, uno de los que trajo a la capital cubana jóvenes que ejercieron la profesión de “sosteneur”.
A “la Rosa de Francia” se la describe como bellísima, sofisticada y muy solicitada por los hombres, incluyendo a Villaverde, quien la hizo su amante oficial. Rachel se pavoneaba con todo aquel que le diera dinero, provocando riñas frecuentes entre los habaneros que disputaban sus favores.
Oscar Villaverde era el propietario del afamado cabaret Tokio, en la esquina San Lázaro y Blanco. En este centro nocturno también cantaba Alberto Jiménez Rebollar. Le acompañaba la excelente música de la orquesta que dirigía José Antonio Curbelo. Corrían rumores que aseguraban Jiménez también era amante de Rachel. La francesa ejercía en el Tokio la profesión más antigua del mundo.
Pero en diciembre de 1931, la hermosa francesa, de 30 años de edad, desapareció. Por dos días no se supo nada de ella. Hasta la tarde del 14 de diciembre de 1931, a las 5:30, cuando encontraron el cuerpo desnudo de Rachel, asesinada en la bañera de un departamento situado en la calle San Miguel, Número 38 y ½ esquina Amistad. Al lado quedaba el famoso Hotel Astor. El cadáver sin ropas de la meretriz flotaba boca arriba en el agua ensangrentada. Su cráneo estaba destrozado.
El doctor Reynaldo Villiers firmó el certificado de defunción, expedido en la Casa de Socorros. Allí se establece que la muerte ocurrió unas cuarenta horas antes del hallazgo.
La edición del periódico «El Mundo» del 15 de diciembre de 1931, señalaba que lo más intrigante del asesinato de Rachel Dekeirsgeiter es que la puerta de la vivienda estaba cerrada con pestillo. Para que la policía pudiera entrar tuvieron que violentarla. El departamento estaba en el tercer piso, por lo que no se explicaba cómo pudo salir el asesino.
El asesinato de Rachel, un crimen perfecto
Alberto Jiménez Rebollar fue el único procesado por el crimen. La defensa del músico la asumió el destacado criminalista doctor Carlos Manuel Palma «Palmita». El abogado defendió magistralmente a Jiménez, a quien declararon inocente. El cantante luego se dedicó al periodismo. Tampoco se pudo demostrar la culpabilidad de Villaverde, a quien le asesoró un joven abogado, llamado Miguel Ángel Suárez Fernández.
Nadie fue condenado por la muerte de la cabaretera. Podría decirse que se trató de un “crimen perfecto», ya que no encontraron el arma homicida ni se aclaró el móvil del misterioso y sangriento hecho. Tampoco encontraron huellas que delataran al autor. El asesinato de Rachel quedó impune y al poco tiempo la prensa dejó de darle cobertura. Más resonancia tuvo el homicidio de Lola, “la Mesalina criolla” a la que «mataron a las 3».
Eso sí, también a este famoso crimen le pusieron letra y música. El tango «La Francesita Rachel», de Armando Valdespí inmortalizó la tragedia. Años más tarde, la canción, esta vez interpretada por Miguel Ángel Piña y la orquesta Siglo XX, formó parte de la banda sonora de una película realizada en 1973. La cinta llevó el título de «El extraño caso de Rachel K.», escrita y dirigida por Oscar Valdés.
Fuente https://www.todocuba.org/misterioso-asesinato-la-francesita-rachel/