Inauguración del Teatro Blanquita (1950) “La inauguración del teatro “Blanquita”, el de mayor capacidad entre los coliseos teatrales del mundo, con su gran pista de patinaje en hielo sobre su escenario, marcó la vida cultural de La Habana. Así lo expone el “Anuario 1948, Suplemento de el diario “El País”: El “Blanquita”, con 6 600 lunetas, pista de patinaje y cafetería para doscientos clientes superaba en 500 asientos al “Radio City Hall”, de Nueva York,. Sarita Montiel, estrella de la película El Último Cuplé (26 semanas en el cine Radiocentro) impresionada por el tamaño del Blanquita, exclamó durante su actuación en 1958: “Me siento pequeñita. La sala es tan grande que puede volar un avión”. El Blanquita se salvó del abandono por su capacidad, muy a propósito para actos políticos y culturales masivos como convenía al nuevo régimen que tomó el poder en 1959. Claro, las nuevas autoridades al confiscarlo no admitieron el nombre de Blanca Maruri esposa de Alfredo Hornedo, senador de la República y director-fundador del periódico “El País”. La altruista dama, que salvó de la miseria a muchas familias y concedió becas a jóvenes sin fortuna, no pudo asistir a la inauguración del templo cultural: murió poco antes de la inauguración del coliseo, el 17 de mayo de 1948. Teatro Karl Marx Re-bautizado “Teatro Chaplin” en 1960 en honor al genial actor y director de cine, pronto el nombre se cambió por “Karl Marx” –ideólogo supremo de la doctrina comunista– como convenía a esa tribuna política. Fue sede en 1975 del Primer Congreso del gobernante y único Partido Comunista.