La dolarización de la economía cubana: un ejemplo visible de las mentiras del Castrismo.
Cuando en los meses últimos del año 2020, el vicepresidente y ministro de economía, y el jefe de la comisión para la implementación de los lineamientos del PCC -los dos rostros más visibles del Partido comunista para defender la necesidad del reordenamiento monetario y económico- daban interminables charlas para justificar la necesidad de la unificación monetaria, ambos sabían que eran marionetas de una obra de teatro.
La obra en la que el estafador, el régimen, preparaba el timo, y el estafado, el pueblo, era timado.
Simultáneamente, se intentaba minimizar por esos mismos personajes el papel del dólar en la economía cubana, justificando su presencia «mínima», en «algunas» tiendas creadas para recaudar esa moneda como medio para abastecer la red del comercio minorista del país, ese que vende en la moneda nacional, el peso.
Lo que ha pasado luego es de eso en lo que no se detiene la prensa Castrista, esa que es títere, que práctica el verdadero mercenarismo: el país, su economía, está casi completamente dolarizado; los mercados minoristas tienen sus estantes vacíos, o cargando interminables pomos de agua, cual si fuera una prolongación del océano de angustias en que se hunde el pueblo cubano.
Cualquier producto hoy, desde aseo, ropas, alimentos, hasta materiales de construcción o muebles para el hogar; TODO, debe adquirirse en una moneda que no solo no se le paga al pueblo trabajador, sino que tiene una larga historia carcelaria y de injusticias en Cuba.
Hasta comprarle unas confituras a nuestros hijos exige tener dólares del «enemigo» de los comunistas.
En esa infamia es en la que debería pensar un cubano antes de dejarse arrastrar por las mentiras de sus dictadores, antes de tomar un madero e ir a golpear a un hermano que reclama dignidad, vida. Y contra esa infamia, contra esos ministros y líderes impuestos, que mienten como si los cubanos fuésemos necios, debemos luchar.
Publicación de Joel Fonte