María Mantilla fue hija biológica de José Martí: la “verdad” que afirman varios investigadores y que no se acepta en Cuba por prejuicios. José Martí siempre llamó a María Mantilla “mi niña”. Le dedicó poemas, le prometió llevarla a París si regresaba vivo de la guerra y llevó un retrato de ella dentro de una medalla hasta su muerte en Dos Ríos. Por más de cien años la mayoría de los “especialistas” no han querido ver nada detrás de la devoción del Apóstol de la independencia de Cuba a la hija de su amiga Carmen Miyares. Sin embargo, unos pocos afirman que María Mantilla fue hija biológica de José Martí y acuden a la ciencia para probarlo.
Uno de ellos Yamil Díaz ha estado siempre convencido de que María Mantilla fue más que la “hija espiritual de José Martí”. Para intentar probarlo ha acudido a especialistas que han realizado análisis comparativos de fotografías de ambos: prueba morfológica y antropométrica.
Estas arrojan un 74.3 % de compatibilidad entre José Martí y María Mantilla, lo que es un % muy por encima del índice de la casualidad.
Sin embargo, la mayoría de los estudiosos de la vida y obra de José Martí, incluyendo las instituciones que se dedican oficialmente en Cuba a hacerlo, prefieren ignorar estas evidencias. Tampoco se interesan en rebatirlas, prefieren no indagar sobre el asunto.
El problema es – según los que defienden la tesis de que José Martí es el padre biológico de María Mantilla – que de probarse el vínculo, esto no cuadraría dentro de la imagen mítica del héroe perfecto (incapaz hasta de cometer adulterio) de la que se ha rodeado a José Martí.
La negación a la duda es ortodoxa y absurda, pues la prueba morfológica que arrojó el 74.3 % de coincidencias entre José Martí y María Mantilla ha sido validad por el Tribunal Supremo de Cuba para dilucidar casos de filiación. Entonces, ¿cuando conviene es válida, cuando echa por tierra un mito, no sirve?
Por supuesto que la prueba definitiva sería un examen de ADN. Sumamente complejo, porque tanto Martí como su supuesta hija fallecieron hace mucho tiempo; pero si bien se pudiera pensar en conseguir una muestra de la mujer, es totalmente absurdo pretender obtenerla de los restos del Apóstol de Cuba para resolver una interrogante puramente intelectual. Otra variante sería obtener muestras de sus descendientes directos, pero José Francisco Martí y Zayas Bazán, único hijo reconocido de Martí murió sin descendencia.
Pero, quizás la evidencia más formidable que existe a favor de la teoría de que María Mantilla es hija de José Martí es el propio testimonio de María Mantilla, quien siempre afirmó ser hija de Martí (lo que supo de boca de su madre Carmen Miyares) y deseo que se le reconociera como tal.
El hecho de que tanto José Martí, como Carmen Miyares estuvieran casados con personas de las que no se podían divorciar cuando nació María Mantilla, pudo haber influido en la decisión de ambos de guardar el secreto por un tiempo. Martí se lo llevó a la tumba; pero Carmen Miyares se lo contó a su hija.
También está el hecho de que a los amigos cercanos de Martí estaban convencidos de que María Mantilla era su hija. Gonzalo de Quesada en particular, quien fuera secretario del Apóstol y guardara su papelería lo afirmaba tajantemente.
Son demasiados testimonios para que al menos no se niegue la duda de forma tan vehemente por los que quieren un Martí “inmaculado”. Después de todo quién se atrevería a juzgar a José Martí por tener un amorío, ¿qué grandeza le resta un asunto tan personal al hombre que lo dio todo por Cuba?
