El ciclón del 26.
Fueron notables la destrucción por el viento, las mareas de tormenta y las intensas lluvias. Naufragaron un sinnúmero de embarcaciones. Miles de viviendas fueron derribadas. Decenas de personas desaparecieron y muchos cadáveres fueron devueltos hacia las costas al cesar las marejadas. En Surgidero de Batabanó la surgencia alcanzó tres metros de altura. Asociadas a la circulación del meteoro se reportaron dos tormentas severas, con caída de granizo y un tornado.
Los daños en las líneas de transmisión de energía, telefonía, y redes de gas y agua fueron muy costosos para La Habana. El arbolado del Paseo del Prado, la Plaza de la Fraternidad y otros lugares, cayó al suelo.