Continuación de la publicación del central Hershey. Su pueblo.
Las casas de este pequeño pueblo eran bastante cómodas y tenían un estilo americano muy pronunciado, ya que a pesar del clima tropical contaban hasta con chimenea. Además de las viviendas, Hershey, que quería empleados saludables, mandó a construir un centro médico totalmente equipado y una farmacia bien abastecida, una escuela pública gratuita para los hijos de sus trabajadores, un club social deportivo con varias instalaciones, entre las que se incluían un campo de béisbol y ¡uno de golf!.
Quería empleados saludables, por eso también estableció una pequeña clínica, además de una céntrica farmacia bien abastecida, igualmente el supermercado y la carnicería estaban dotados de grandes frigoríficos y las paredes con azulejos relucientes. La comunidad contaba con su propia planta de energía, alcantarillado y agua potable. Incluso los más pequeños tenían su pequeño “parque de diversiones”, que era un parque infantil con toboganes y columpios.
El gobierno cubano de ese entonces condecoró y premió muchas veces a este empresario norteamericano, que de hecho cuenta con la presea más alta que Cuba concede: la “Gran Cruz a la Orden Nacional”.