El Dos Hermanos tenía una peculiaridad que lo distinguía: fue construido de maderas preciosas, con una estructura similar a los alojamientos en el Oeste de Norteamérica. Por toda Cuba se extendió su fama, ya que en su restaurante se servían unas paellas españolas de alta calidad. Los huéspedes viajaban desde muy lejos para degustar ese manjar.
El Hotel fue inaugurado en 1889. Dos hermanos de origen español, Joaquín y Jose María Valdés, fundaron el establecimiento y le dieron el nombre debido a su parentesco.
La estructura originalmente tenía sólo dos pisos. Un salón y un café funcionaban en la planta baja. En la planta alta quedaban las habitaciones. Hacia 1910, y durante la segunda década del siglo XX, el hotel fue renovado para aprovechar el auge del turismo. La Isla de Pinos (la actual Isla de La Juventud), donde se ubicaba una numerosa colonia norteamericana, era un destino favorito de los visitantes. Se construyeron dos nuevas plantas, con instalaciones adicionales para mayor comodidad de los huéspedes. Hasta su demolición, el Hotel Dos Hermanos mantendría este aspecto.
Al cambiar de propietarios, los nuevos dueños, los también hermanos Ciro y Cinecio Moas, construyeron el «roof garden» del hotel. Los carpinteros locales utilizaron más de 50 variedades de especies de maderas preciosas nativas para las nuevas instalaciones, que incluían un bar, varias terrazas y dos salones muy amplios. Estas obras incluyeron una nueva y hermosa fachada inspirada en la arquitectura colonial.
Las terrazas con balcones eran un lugar privilegiado, desde allí se podían divisar los cayos del sur de la provincia, así como todo Batabanó. La brisa fresca que soplaba desde el mar olía a salitre y algas marinas.
La paella del Hotel Dos Hermanos
A Surgidero llegó la tradición de la paella española con el Dos Hermanos. La cocina de los Valdés se especializaba en este delicioso manjar de origen español. Bajo la administración de los hermanos Moas, se continuó degustando el platillo.