Dicen que tiene el mérito de ser la iglesia más antigua que hoy tiene La Habana. Se dice también que fue la segunda parroquia que tuvo la villa de San Cristóbal de La Habana. El obispo Jerónimo Valdés mandó a construirla a partir de una ermita, pequeña y pobre, que negros libres habían edificado en 1638 en honor al “Divino Paráclito”, nombre dado al Espíritu Santo en la teologíay liturgia cristianas.