Su nombre de avenida de los Carmelos lo heredó del teniente gobernador de la villa, el coronel Carmelo Martínez, quien vivía enamorado de una hermosa joven camagüeyana. Corría el año 1841 y el militar español que deseaba pasar la mayor parte de su tiempo lo más cerca posible de su amada hizo mejorar el camino que se dirigía a la ermita de la Caridad convirtiéndolo en una hermosa alameda con jardines, bancos de piedra y árboles de mango que mandó a traer de las fincas vecinas para que dieran abundante sobra al paseo. Precisamente la abundancia de estos frutales hizo que los vecinos llamaran por mucho tiempo a la vía Avenida de los Mangos, aunque su nombre oficial fuera Avenida de la Caridad.