La popular frase entre los cubanos “te quedaste o te dejaron como el Gallo de Morón, sin plumas y cacareando” muchos pensaran que tiene su origen en el famoso monumento del gallo en Morón, provincia de Ciego de Ávila.Pero resulta que la historia original no tiene nada que ver con Cuba, ni tampoco con un gallo de verdad.
La leyenda del verdadero Gallo de Morón se remonta al siglo XVI, en Morón de la Frontera, actual provincia de Sevilla. La antigua historia española comienza con la llegada a esta ciudad del recaudador de impuestos de Granada.
Por su forma de actuar tan grosera y repetir la frase “donde canta este gallo no canta otro” los pobladores lo bautizaron como el Gallo de Morón.
Pero como la mala actitud del recaudador empeoraba, los moronenses no aguantaron más y le dieron una buena entra a palos, como decimos en Cuba. El señor se marchó sin preocuparse de lo que pasara con los impuestos.
De todo el suceso surgieron varias canciones, poemas y refranes populares como este:
“Anda que te vas quedando / como el Gallo de Morón / sin plumas y cacareando / en la mejor ocasión“.
Por su parte, en el siglo XVIII en la ciudad de cubana de Morón existía una gran comunidad de origen español por lo que la leyenda del gallo llegó a nuestra tierra. De esta forma el animal se convirtió en el símbolo del pueblo.
La ciudad comenzó a conocerse, primero como la “Tierra del Gallo” y después como la “Ciudad del Gallo”.
Resulta contradictorio pues el gallo de Cuba siempre se representó con plumas, una gran diferencia con la leyenda desplumada original.
Como la primera estatua fue inaugurada por Fulgencio Batista, luego del triunfo de los Castro fue quitada y vuelta a poner varias veces, en medio de la lucha entre detractores y seguidores.
Finalmente ganó la idea de que el gallo representa mucho más para el pueblo que quien lo puso allí. La escultura actual es de la autoría de los reconocidos artistas cubanos Rita Longa y Armando Alonso, quien por cierto fue el autor del primer gallo.