Continuando acerca de las presentaciones de Nat king Cole en la Habana…
caminó hasta el fondo del escenario y ya allí se volvió para despedirse del público con una leve inclinación de cabeza y una sonrisa antes de desaparecer. Los aplausos no cesaban y el crooner apareció de nuevo. Volvió a saludar y desapareció otra vez.
Fue, dijo la revista Show, un espectáculo «inolvidable» y «de un impacto sin precedentes».
Y así fue. El artista volvió dos veces más. De nuevo se presentó en Tropicana en febrero de 1957. Dos shows de Rodney —Tambó y Copacabana— estaban en esa fecha en la cartelera del «paraíso bajo las estrellas», y el norteamericano se insertó en ellos para compartir honores con Celia Cruz; Paulina Álvarez, la llamada «Emperatriz del danzonete»; Merceditas Valdés y Adriano Rodríguez; el conjunto de Paquito Godino, la bailarina Leonela González y la pareja de baile de Ana Gloria y Rolando. Dijo la revista Show: «No se recuerdan llenos como los que se anotara el cabaré con las presentaciones de Nat King Cole, lo que prueba las simpatías de que goza el maravilloso cantante».
Fue entonces que el cabaré Sans Souci, en feroz competencia con Tropicana, le opuso, sin que lograra opacarlo, a Sarah Vaugham, quien, por cierto, en el cabaré Las Vegas ofreció una descarga estelar que marcó un hito en los anales del jazz en Cuba. A ella asistieron Bebo Valdés y Guillermo Barreto, y también Omara, la Burke y José Antonio Méndez.
Vuelve a Tropicana el 7 de febrero de 1958 y se presenta a lo largo de dos semanas, sin dudas presentaciones inolvidables"