A propósito de las celebraciones por el día de las madres les propongo conocer una parte de la historia de esa célebre actriz cubana que fue Luisa Martínez Casado. Nacida en Cienfuegos dentro de una de las familias de mayor prestigio y relevancia social del siglo XIX e inicios del XX, esta mujer alcanzó gran notoriedad en el mundo del teatro de Latinoamérica y España llegando a ser considerada a finales del siglo XIX como la más grande actriz cubana.
Tras cosechar triunfos y reconocimientos por algunos de los más prestigiosos escenarios Luisa decide regresar a Cienfuegos en el contexto de una larga gira nacional que coincidiría con su proceso de embarazo. Tras dar a luz a su pequeño Isaac continúa con las presentaciones por todo el país como parte de los compromisos profesionales asumidos. Mientras se presentaba en un teatro de Caibarien el bebé fallece por causa de una enfermedad propia de la época. Luisa se sentiría culpable toda su vida por lo sucedido y aunque no sería este su único hijo y tampoco el único llamado Isaac lo cierto es que nunca logró olvidarse de su primogénito y de la tragedia a su alrededor la cual afectó su propia salud. Solo dos retratos atribuidos a Efesio Cotera con fecha 17-2-1892 quedan como testimonio gráfico de la existencia de la criatura. En honor a esta gran actriz en Cienfuegos se alza desde inicios del siglo XX un teatro que lleva el nombre de Luisa justo frente a la principal vía de la ciudad.