<< PINTURAS MURALES EN CASA ROVIROSA DE CAMAGÜEY >>
A un costado de la antigua Plaza Mayor, hoy Parque Agramonte, existe una majestuosa casona con el número 169 en la calle Cisneros, la edificación resalta en el núcleo fundacional de la ciudad por sus valores arquitectónicos y artísticos con estilo ecléctico con marcada influencia art nouveau, introducido en la Isla en el siglo XX con la instauración de la República.
La imagen actual de la casa fue conformada a principios del XX a solicitud del entonces propietario, el acaudalado ganadero Ramón Rovirosa, quien se destacó por el empleo del nuevo lenguaje constructivo que dejó atrás el estilo neoclásico.
En su conjunto, la obra impacta visualmente por la elegancia y belleza de su composición, en la que sobresalen elementos decorativos de alto valor artístico como las pinturas murales renacentistas en espacios de su interior, las cuales reflejan diferentes escenas de paisajes campestres o marinos en distintas tonalidades y colores.
Las extensas pinturas murales, según reseñas, fueron realizadas por Joaquín Miranda Sagol y datan de la primera mitad del Siglo XX.
Miranda Sagol, quien suscribió el trabajo en mayo de 1930 se desempeñaba en el oficio de pintor decorador, con reconocimientos por su maestría en la otrora Villa de Santa María del Puerto Príncipe.
Rovirosa fue el último de la lista de beneficiarios (sobrinos) de la familia que habitó la lujosa vivienda, posteriormente utilizada como oficinas.
Su uso después de la revolución como edificio de dirección de la Compañía CUPET, deterioró varios de sus elementos.
Después de su remodelación es sede de la Casa de la Diversidad Cultural de Camagüey.