Al no requerir visado, Rusia se ha convertido en un destino ideal no solo para los negocios de las llamadas “mulas” en Cuba, sino también de muchas jóvenes cubanas que han visto la oportunidad de ganar dinero fácil prostituyéndose o bailando en el tubo de algún bar, aprovechando que los rusos sienten pasión por el color de piel y la sensualidad de la mujer latina.