<< Amelia Peláez y sus exquisitas cerámicas >>
Amelia Peláez (1896-1968) fue una de las artistas de vanguardia cubana más destacadas, estudió en la Academia de San Alejandro en La Habana y formó parte de la primera ola de artistas cubanos que vivieron en Europa antes de la Segunda Guerra Mundial.
En París, fue testigo del desarrollo del cubismo, así como de otros movimientos artísticos europeos que más tarde darían forma a su compleja estética personal de formas simplificadas y colores llamativos.
A su regreso a La Habana sentó las bases del modernismo cubano al introducir innovaciones artísticas. Sus obras maduras se componen de composiciones cuasi abstractas de tonos brillantes que a menudo representan entornos domésticos y arquitectónicos únicos.
Amelia se sumerge a trabajar intensamente en su casona de Santos Suárez, donde tiene su taller, rodeada de helechos, flores, rejas adornadas y vitrales multicolores que custodian su intimidad hogareña.
La artista se sintió indudablemente inspirada por su entorno en Cuba, donde continuó viviendo hasta su fallecimiento.
Además de sus hermosos lienzos e impresionantes murales, Amelia dejó como legado una impresionante colección de bellísimas piezas de cerámica: jarras,figuras, porrones, tazones, y platos, entre otras, exquisitamente decorados y de las cuales les presento una muestra.
