Animales que solo podras encontrar en
Cuba.
(2da. parte)
– Ranita Pigmea: pequeña rana endémica de Cuba
Es una diminuta especie endémica de Cuba. Se ha ganado su marca absoluta como el anfibio más pequeño del mundo. Esta frágil miniatura viva mide entre 9.0 y 10.5 milímetros, colocándola como una de las maravillas del reino animal. Se encuentra habitualmente en la reserva de biosfera Cuchillas del Toa, aunque es posible avistarla, en menor medida, en otras regiones del país. Por la zona donde habita se la ha bautizado como Ranita de Monte Iberia.
– Jutia Conga: El mamífero endémico más grande de Cuba
Es un animal robusto y su cola es más corta que la de otras especies. Cabe destacar que este animal es fácil de domesticar, se adapta al cautiverio y se reproduce sin dificultad. Mide 20 a 60 cm de longitud con una cola de 15 a 30 cm. y pesando en promedio 7 kilos. Vive especialmente en la tierra y puede encontrarse en casi todas las regiones de Cuba. Se esconde en orificios de los suelos rocosos, aunque sube a la cima de las arboledas para alimentarse o solearse.
– Manjuarí: el fósil vivo cubano
Este raro pez está considerado por los especialistas como una reliquia biológica, pues muchos de los animales que evolucionaron junto a él ya desaparecieron. Es una de las especies endémicas de Cuba que habita en la Península de Zapata y en otras zonas del sur de las provincias occidentales y de la Isla de la Juventud. Por su restringida área de distribución en el mundo, es inmenso el peligro de extinción de esta especie. Este vertebrado es el pez de agua dulce más antiguo de Cuba, con aproximadamente 270 millones de años.
– Chipojo verde: cambiando color al estilo cubano
El Chipojo verde, es un reptil endémico de Cuba. Es la mayor especie de chipojos cubanos, con aproximadamente 44 centímetros de largo. Se caracteriza por poseer una franja amarilla en el hombro. Es de color verde esmeralda, el cual puede cambiar a pardo. Es muy activo y peleador. Vive en los árboles, se alimenta de insectos y frutas y puede consumir otros reptiles y pequeños pájaros. Relativamente abundante en Cuba, se le encuentra en los bosques húmedos y los cercanos a la costa. Suelen ser muy agresivos y morder si se les molesta.
– Manatí antillano: la sirena de Cuba
Entre las especies de la rica fauna mamífera cubana se halla el manatí o vaca marina, animal muy interesante, objeto de leyendas. Pertenece al orden Sirenia, con escasas especies vivientes y nombrado así por haber sido confundidos sus miembros con las mitológicas sirenas, seres fabulosos con cabeza y tronco de mujer y cola de pez. Estos mamíferos son exclusivamente acuáticos, ya que sus extremidades anteriores se han convertido en paletas y las posteriores desaparecieron totalmente.
La forma de amamantar a sus críos, similar a las mujeres, dio pie a la leyenda sobre las sirenas. Está incluido en el Libro Blanco de especies en peligro de extinción.
– Cotorra cubana: nuestro famoso periquito
También conocida como perico, es sin dudas, la especie más carismática de la fauna cubana. De graciosa figura, presenta un plumaje con vistosos colores, donde predominan diferentes tonalidades de verde y rojo en la garganta, las mejillas y parte anterior del cuello. Tienen la frente y parte de la corona blancas.
En Cuba se encuentran las poblaciones más abundantes y las mismas se pueden localizar en Guanahacabibes, Cordillera de los Órganos, Isla de la Juventud, Ciénaga de Zapata, Cordillera de Guamuhaya, Sierra de Najasa, Sierra Maestra y las montañas de Nipe-Sagua-Baracoa. Aunque la cotorra tiene depredadores naturales como el Gavilán Colilargo, su principal enemigo ha sido el hombre.
– Tomeguín del Pinar: el cantador cubano
Está presente en la isla de Cuba de forma común en áreas naturales y es más raro cerca de asentamientos humanos. Vive en sabanas, en bordes de bosques semicaducifolios o de pinos, en matorrales costeros y en espesuras de malezas en áreas agropecuarias.
Miden 11 cm de largo o algo menos. En Cuba es de los pájaros que más comúnmente se capturan para enjaular. Muchos mueren por cada uno que logra adaptarse al cautiverio. El celo pendenciero de los machos es usado para “pelearlos como gallos”.