Camino hacía un puente y aún no sé mi destino,
a lo lejos diviso una isla.
Sus personas deambulan bajo la oscuridad de un gran pájaro que aterra, que ha cortado sus alas, que las lleva él encima.
Esa isla lleva a cuestas cadáveres en sus costas, en fosas aún no conocidas.
Todos están en sus orillas y esperan el día que llegue el arquero a cazar al maligno.
Tantos días conmigo,
tantos días sin ella,
tantos años confiando en mi otro yo, sin poder juntarnos.
Esa isla me espera y también a sus hijos, esa isla es la mía, la de todos sus muertos y la de estos hombres sin alas que están forjando el arco.
Estrella Castillo Bobadilla
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