Cayo Saetía, el paradisíaco retiro de Raúl Castro. estilo Pablo Escobar
Desde que Raúl Castro se retiró de sus cargos al frente del Gobierno y el Estado cubanos, se ha estado acondicionando su estancia de retiro en la paradisíaca isla de Cayo Saetía, en el este de la provincia Holguín.
Si bien existe un segundo sitio de «reposo» en Santiago de Cuba, presumiblemente en la zona de Segundo Frente, según ha trascendido extraoficialmente, «es un hecho que Raúl Castro tiene una villa en Saetía desde hace décadas y siempre ha hecho estancias en ella varias veces al año, que son más prolongadas desde que se retiró de la función ejecutiva», explicó a DIARIO DE CUBA una fuente de la localidad que habló bajo condición de anonimato.
«Eso es aquí un asunto público, aunque no se divulga por los medios ni siquiera locales. Pero todo el mundo sabe cuándo está Raúl (en el cayo) porque hay una patrulla de la Policía permanente en el entronque de Felton. Pero la gente lo habla bajito, principalmente los empleados. Y los rumores que se propagan en la localidad es que va a vivir casi todo el tiempo en Saetía y de hecho ya lo hace», agregó.
Desde hace décadas es gestionada como destino turístico por el Grupo Gaviota, como coto de caza y con una villa resort de tres estrellas.
Además de la residencia de Raúl Castro, la empresa estatal Flora y Fauna tiene una pequeña estación y es la responsable de haber introducido los animales exóticos que disfruta cazar Raúl. Por ello se pueden encontrar en el islote camellos, avestruces, gamos y venados, además de numerosas especies de aves voladoras en su hábitat natural. Todo bajo control de los militares.
El acceso de la población a la zona está vedado, salvo en casos «autorizados», y el puente de entrada permanece custodiado.
Sin embargo, desde Guardalavaca, el polo turístico holguinero más cercano, se ofrecen viajes a los turistas en botes y helicóptero para disfrutar de la exuberante naturaleza y playas vírgenes de arena blanquísima.
En el pasado, cuando Raúl Castro estaba vacacionando, se suspendía la entrada de turistas, reducían al mínimo el «personal de confianza» en toda la isla, e incluso se recogían las armas de fuego de cazadores aficionados de los alrededores. También el material explosivo en manos de las empresas estatales era resguardado en un radio de al menos 50km.
Pero ahora que se perfila como la residencia del general nonagenario para estadías prolongadas, según se percibe, estas medidas extremas están siendo flexibilizadas y readaptadas.
Fuente https://diariodecuba.com/cuba/1622979904_31704.html