CHARADE CHINA
La charada china se introdujo en Cuba en mayo de 1873, cuando se constituyó, con un capital de 15 000 pesos, el primer banco de los juegos fantán y chiffá. La charada estaba formada por los 36 signos de la dinastía Ming, y la partícula «chi» aludía a los personajes antiguos de los juegos, mientras que «ffa» remitía a las flores. Las tiradas se llevaban a cabo en dos casas de la calle Lealtad, en La Habana.
En el interior de cualquiera de esas dos edificaciones se colgaba el rollo donde estaba impreso el personaje o la flor y seguidamente el local se abría al público para las apuntaciones, que llegaban a gruesas sumas de dinero. Concluidas las apuntaciones, el banco descolgaba el rollo y cantaba el símbolo premiado, que podía ser «cam» (oro), «san» (montaña), «fuk» (salud), «chión» (guerrero)…
Así lo cuenta Antonio Chuffat Latour que, en 1927, publicó en La Habana su Apunte histórico de los chinos en Cuba, curioso libro que 30 años después calzaría los reportajes que para la revista Carteles escribió el periodista Gregorio Ortega. Pero aquella charada, recordaba el chino Chuffat, fue perdiendo valor lírico y cabalístico a medida que los cubanos sustituyeron personajes y flores por «bichos»: uno, caballo; dos, mariposa; tres, marinero; cuatro, gato…