"Chencha la Gambá" 😁
Chencha (también conocida como Dincha) es un pueblo en el sureste de Etiopía; en México es un vago, un holgazán; en otros países tiene otras connotaciones, como lo es el femenino de Chencho, pero en Cuba y Venezuela, a las mujeres de nombre Inocencia (por el día de los Santos Inocentes, 28 de diciembre), les dicen “Chencha”y también cuando una persona cojea, o camina con dificultad, se usa una expresión: “camina como Chencha, con la pata gambá”.
En la década de 1940 estuvo en de moda una guaracha cubana que aludía a una mujer que caminaba cojeando y meneándose mucho por las calles de La Habana. Dicha mujer se llamaba o le decían “Chencha” y la música de la canción fue muy pegajosa, por lo que a todo el que caminaba de aquella forma, se le decía que caminaba “como Chencha”.
Es una guaracha del mayor guarachero cubano.
“Yo nací con mi pata gambá
igualito igualito que chencha
y que tengo que yo ver con chencha
si naci con mi pata gambá.
Oye camina como chencha …
la gambá …
como chencha la gambá…
camina pa`lante y camina pa`tra….”
Ñico Saquito cuyo nombre era Benito Antonio Fernández Ortiz, fue compositor, guitarrista y cantante cubano fundamentalmente de guarachas que han trascendido como clásicas en la música popular cubana y de otros países.
Ñico (el diminutivo cubano para Antonio), abandonó una prometedora carrera en el béisbol, y su sobrenombre de Saquito le vino de su gran habilidad para atrapar bolas como pelotero.
Sus composiciones se destacan por ser guarachas con letras ingeniosas y picantes sobre la vida personal o eventos de la comunidad, siendo de las más famosas la guajira “Al vaivén de mi carreta”, una balada sentimental de la vida en el campo y de las miserias de la vida campesina, así como “Cuidadito, compay gallo”, “María Cristina me quiere gobernar” , esta última su obra más conocida y muchas otras hasta la cifra de 500.
Daniel Santos grabó “Chencha, la gambá” y “Mi cinturita”. Los Panchos incluyeron “Silverio, Facundo y la luna”. Miguelito Valdés cantaba “Atízame el bastidor”, “La negra Leonor” y “No te vistas que no vas”. Hizo otras muy populares en su momento como “Ya Don Rafael habló” y “Estoy hecho tierra”. Sus creaciones han permanecido a través de los tiempos en el repertorio invariable de grandes intérpretes como Benny Moré, Compay Segundo, el Septeto Ignacio Piñeiro, Cheo Feliciano, Oscar D' León, por sólo citar algunos de ellos. Numerosas películas del cine latinoamericano cuentan con sus obras en sus bandas sonoras.
Ñico cuenta que obtenía la materia prima para sus historias de su experiencia personal y de las anécdotas de familiares y amigos, especialmente narradas durante los velatorios, que dice, eran su mayor fuente de inspiración por la cantidad de cosas que en ellos se narraban.