Como la historia es tan rica, también la cultura culinaria forma parte de ella y de nuestras NOSTALGIAS. El autor del siguiente artículo, como casi siempre y verán al final, es mi hermano del que tanto hablo. Espero lo disfruten. Ah, yo en lo personal no me como eso ni muerto
Ancas de Rana Frita: un platillo olvidado.
Unos de los elementos geográficos que más aporta autenticidad a la cocina regional bayamesa son los humedales del Cauto. Es el caso de un exótico platillo ligero muy popular en la ciudad y ya en desuso hace unas décadas, pero gozó de gran aceptación popular. Se trata de las ancas de rana frita, si así como lee estimado lector o lectora, puede guardar la mueca repulsiva o el gesto nauseabundo, pues se trata realmente de una receta exquisita. A pesar de que las ranas sean el terror (infundado) de la comunidad femenina también tienen su elegancia en la cocina.
Las ancas de rana frita es una receta oriunda de China, típica en Asia, pero presente en muchos países de Europa y América. En Cuba se introduce a mediados del siglo XIX y se presume que fueron los chinos traídos como mano de trabajo forzosa los que aportaron una nueva receta al paladar de los criollos. También hay registros que fue un manjar en las maniguas mambisas. La receta aparece registrada en el segundo volumen del pertinente Libro de Cocina Popular y Tradicional Cubana.
Hay que esclarecer que el anfibio que se puede degustar es del mayor tamaño de las familias de los anfibios anuros. Conocido popularmente como Rana Toro (Lithobates catesbeniaus) y aclarar que no son sapos, ya que la carne de este animal no tiene la calidad requerida para la cocina. La ciudad de Bayamo rodeada de ríos y charcos fue prodiga de estos anfibios cazados con arpones, la carne que se aprovecha son sus ancas similar a un muslo de pollo. Su cocción es sencilla y rápida. Se retira la piel de las ancas, se lavan bien, se marina con naranja agria o limón por unos 30 minutos, también se puede usar leche, sal, pimienta y unos dientes de ajos. Se rebosa con harina y huevo y se fríe entre 5 y 10 minutos con aceite hirviendo. Su carne es blanda, de color blanca y un sabor asociado al pollo
En las fiestas populares más importante de la ciudad como la Fiesta de los Reyes Magos, celebradas los 5 y 6 de enero, que desaparecieron a finales de la década del 60. Era unos de los platillos por excelencia más degustados por los bayameses. Con una tradición acumulada, vendidos a un modesto precio en cucuruchos y rociados con sal, también existieron kioscos que la vendían sistemáticamente ubicados en la calle José Antonio Saco y Avenida de Castro (Actualmente Francisco V. Aguilera). Por diversidades culturales el plato fue perdiendo auge en los años 70. En la actualidad el plato si sería una rareza, pues la Ranas Toros han pasado ser una especie limitada por las alteraciones al ecosistema y la introducción de un biodepredador invasor como la claria la cual ha exterminado la otrora abundancia de estos anfibios.
Fácil, sencilla y nada repulsiva es una receta que distinguió la peculiaridad culinaria de la región y estuvo presente por alrededor de más un siglo convirtiéndose en un plato de preferencia popular. Por José Mario Viamonte Piña