Cristina es el nombre de la primera draga de vapor que llegó a La Habana.
Cristina es el nombre de la primera draga de vapor que llegó a La Habana en el año 1832 para comenzar las labores de limpieza y saneamiento.
Al hablar del puerto habanero no podemos dejar de mencionar a una de las protagonistas de la historia de su construcción, una embarcación que permitió con su labor anónima que otros muchos pudieran bajar anclas en la conocida capital.
La primera draga de vapor llegada a Cuba, “Cristina”, debe su nombre al Conde de Villanueva. Este vio con agrado la idea de utilizar la propulsión mecánica a favor de la construcción del puerto habanero; y para ello la nave fue contratada en agosto de 1831 por el teniente de navío Juan José Martínez. Realizaría los trabajos de excavación y limpieza en el apostadero, labor para la que además se necesitaba una embarcación auxiliar encargada de remolcar las barcazas y las bateas con el fango proveniente del fondo de la bahía.
La embarcación fue construida en Baltimore y arribó a Cuba en la mañana del 16 de mayo de 1832 tras una navegación de once días. Toda una novedad con 36.50 m de eslora, 9.19 de manga, y 2.78 de puntal. Sus 15 caballos de potencia permitían el movimiento a la nave que realizó dragados a una profundidad de 14 pies ingleses (casi 13 m); y en una hora, era capaz de extraer 150 t de fango.
El comandante del apostadero, Ángel Laborde, manifestaría a su ministro don Luis María de Salazar su admiración por el ingenio llegado a Cuba: «…el casco de esta embarcación está construido con soberbias maderas… lo que asegura una gran duración …contamos con la intención de proceder a su desaparejo y alistarlo en veinte días, coincidiendo con la celebridad del día del Rey.»