Curiosidades de mi Cuba…..
Murió en el hundimiento del Titanic ,un español que vivía en La Habana.
Su nombre era Servando José Florentino Ovies y Rodríguez, tenía 36 años y vivía en La Habana. Quizás para ti que estás leyendo, dicho nombre no signifique nada; pero… ¿si te digo que Servando fue una de las víctimas fatales del hundimiento del Titanic? ¿Qué me dirías?
Pues efectivamente, Servando fue uno de los pasajeros que perdió la vida entre la noche del 14 y el amanecer del 15 de abril de 1912, cuando, frente a las costas de Terranova, el enorme barco se hundía en las aguas heladas del Océano Atlántico.
Muchos creen que Servando era cubano; pero en realidad no es así. Era un asturiano que había hecho carrera en La Habana, particularmente en los textiles. Hasta donde se sabe, todo parece indicar que disfrutaba de unas vacaciones en Francia y decidió retornar al cálido trópico habanero, haciendo la conexión Sothampton-Nueva York, Nueva York-La Habana. Servando abordó el barco en el puerto de Cherburgo, Francia, donde este hizo escala.
Las notas, que existen sobre el accidente, refieren que los restos del cubano fueron sepultados, en un inicio, en el cementerio de Fairview.
De acuerdo con los registros, viajó en el Titanic con el boleto PC-17562 y se alojó en el camarote D 43. Este recinto se reservaba solo para primera clase y en el mismo iban los pasajeros más importantes y famosos. Así sucedió porque Servando gozaba de buena solvencia económica. Trabajaba para el negocio de la familia, que tenía por nombre Rodríguez & Co, una firma dedicada a la importación con sede en La Habana.
Lamentablemente, Servando integró la lista de los 1512 fallecidos en el naufragio del Titanic. Según consta en las memorias del suceso, los socorristas del Mackay-Bennet hallaron su cuerpo, flotando en el mar, el 15 de abril. Fue el cadáver recuperado número 189.
Su nombre era Servando José Florentino Ovies y Rodríguez, tenía 36 años y vivía en La Habana.
Las notas, que existen sobre el accidente, refieren que los restos del cubano fueron sepultados, en un inicio, en el cementerio de Fairview, en la ciudad canadiense de Halifax, el 3 de mayo de 1912. Luego, fueron exhumados y vueltos a enterrar el 15 de ese mismo mes y año, en el cementerio católico Monte de los Olivos, también en la misma ciudad.