«DOS HORAS»
Señor, mi madre tenía
Hambre una noche, y al punto
Robé, resistió: un difunto
La noche en sí recibía.
Tu madre hambrienta, tú loco:
Fuiste ladrón no culpado:
Para condenarte es poco:
¡Alzate, hombre: eres honrado!
Señor, mi madre tenía
Hambre una noche: salí
Por si alguien cuerpo quería:
¡Me compraron, me vendí!
Tu madre tenía hambre, tu loca:
Infame fuiste y culpada;
El cieno vive en tu boca:
¡Aparta, mujer manchada!
Pues que por un hambre igual
El robó lo que quería
En una noche fatal,
Y ella dió lo que tenía
Por el hambre maternal,
Si honra merece el ladrón
Porque el pudor del hombre olvida
En la materna aflicción,
¡Honrada es la honra pérdida,
Si no vende el corazón!
José Martí
6/12/1875