Edificio Alaska
A finales del siglo XIX, los terrenos de La Rampa eran agrestes, despoblados y sólo había allí dos edificaciones importantes: la batería de Santa Clara famosa por poseer el cañon mas largo y moderno de su época, (hoy está el Hotel Nacional de Cuba) y el hospital Reina Mercedes, el cual funcionó hasta 1954 (actualmente se encuentra en el lugar la famosa heladería Coppelia) Ambas construcciones se comunicaban con la ciudad por caminos escarpados difíciles de transitar en época de lluvia.
En 1930 fue pavimentada la calle 23 desde L hasta la avenida de Infanta. Por su inclinación la llamaron La Rampa y así sucede hasta hoy.
El edificio Alaska -vinculado al ulterior desarrollo de La Rampa habanera- construido en 1922 y demolido hace poco más de una década.
Este no fue referencia para los edificios modernos, y si se analiza con las categorías estéticas clásicas o del racionalismo, dejaba bastante que desear volumétricamente. Su mayor valor residía en el carácter testimonial, aunque se tratara de una obra del siglo XX, y para colmo, fuera de moda, pero es que la historia de lo que sería La Rampa empezó allí, ya que era lo único que permanecía de la imagen anterior.
El edificio Alaska, de arquitectura ecléctica, contaba con cinco pisos y más de 50 apartamentos con cuatro o cinco habitaciones. Algunos de ellos se habían convertido en cuarterías.
En este edificio residieron renombradas figuras del mundo artístico como la vedette Rosita Fornés, el actor y locutor Álvaro de Insua, el actor Carlos Badías, las actrices Minín Bujones y Maritza Rosales, el director de televisión José Ramón Artigas y la periodista de la Editorial de la Mujer y Máster en Sexualidad, Aloyma Ravelo, entre otras personalidades de la cultura cubana.
El edificio Alaska, que pudo ser salvado, fue dinamitado, y hoy ocupa su lugar el parqueo del Comité Provincial del Partido Comunista.