El 23 de septiembre de 1868 patriotas boricuas ocupaban el poblado de Lares al grito de independencia. España lo reprimió antes que la pólvora se extendiera a lo largo de la Isla. Apenas unos días después, el 10 de octubre, los cubanos, guiados por Carlos Manuel de Céspedes, emprendían una guerra de Diez Años, por Cuba y también por Puerto Rico.
Desde entonces, y en espera de que las condiciones en su patria estuvieran creadas para la guerra, los puertorriqueños se incorporaron con las armas al Ejército Libertador Cubano. Algunos, que residían en Cuba, se levantaron de inmediato, como Juan Ortiz Quiñones, decano del mambisado boricua, caído en combate en la Guerra del 95 con el grado de teniente coronel.
En los campos de batalla de Cuba, decenas de puertorriqueños derrocharon heroísmo en aquella guerra. Hubo quienes cayeron en combate o fueron fusilados por el colonialismo español. El mayagüezano Juan Ríus Rivera, veterano de Lares, desembarcó en Cuba en enero de 1870 en la expedición del Anna. Se convertiría en el máximo representante de los mambises boricuas. Fue uno de los hombres de la Protesta de Baraguá y amigo fiel del Lugarteniente General Antonio Maceo. De aquella relación surgió el compromiso del Titán cubano, de no enfundar su espada mientras Puerto Rico no fuese libre. Ríus concluyó la guerra grande como general de brigada del Ejército Libertador.