El día 5 de enero de 1895 en una casa de la calle Crespo 27 (hoy 113) entre Trocadero y Colón, el ciudadano santaclareño José de Jesús Ramón de la Candelaria Pons y Naranjo había citado a nueve ciudadanos a los que conocía por su valor personal y amor a la causa de la independencia, les explicó el objetivo de la reunión y quedó constituida la Agencia General Revolucionaria de Comunicación y Auxilios, fue designado como presidente el ciudadano José C. Pons Naranjo (el agente general Luis). Participan en la reunión Alfredo Presas de Morales (agente Iris), designado secretario, Juan García Martí (agente segundo Luis), Federico de León (agente El Guajiro), Licenciado Nicasio Estrada y Mora, Isidro F. Boada (agente Oriente), Fortunato Caillet y Viamonte (agente Tejitas) Pedro Benítez Torres (agente Pato) y Alfredo Martín Morales.
Dicho agente general Luis organizó los trabajos revolucionarios de infiltración al enemigo y mandatos de la dirección del alto mando de Ejército Libertador. Para la eficiencia de su trabajo a lo largo y ancho del país, el agente Pons se escudaba en su condición de representante general del periódico La Discusión, lo que le permitía viajar libremente y con la frecuencia requerida a toda Cuba.
Tal es el caso del “Club Juan Bruno Zayas” a cuya dirección había puesto en contacto con Pedro Perfecto Pascual Lacoste y Grave de Peralta (agente Diego González), hacendado habanero que se encontraba al frente de la Agencia de La Habana y agente de Antonio Maceo.
A riesgo de su vida, hace llegar al general Antonio Maceo, el 6 de junio de 1896 los planos militares de la provincia de Pinar del Río. Maceo se encontraba en la comarca de Vuelta Abajo sosteniendo una de sus más difíciles campañas, cuando recibe los planos del Estado Mayor del Ejército Español, sustraídos de las oficinas del Palacio de los Capitanes Generales de La Habana por otro héroe del silencio, el joven Emilio Carrera Peñarredonda.
La agencia contó en sus filas con periodistas, intelectuales, curas, comerciantes y patriotas simples, quienes aportaron a la dirección revolucionaria durante todo el conflicto, sin ser detectados, informaciones que incluyeron hasta planes del propio Capitán General Valeriano Weyler.
Durante mucho tiempo estos héroes, en su mayoría de origen humilde, arriesgaron sus vidas trabajando en las entrañas de enemigo. La seudorrepública instaurada en 1902 en Cuba, no se acordó nunca de estos patriotas.