El infortunado vuelo de Matías Pérez.
«Voló como Matías Pérez» es una expresión habitual en Cuba. Como tantas expresiones en diversos países se suele usar sin pensar cuál es su procedencia. ¿Quién era Matías Pérez? ¿Cómo que voló? ¿Qué significa? En este artículo te explicaré la interesante historia de Matías Pérez, un sastre que salió a volar con un globo y nunca volvió, pero que alcanzó la inmortalidad en el folklore cubano.
¿Quién era Matías Pérez?
Matías Pérez fue un marino, sastre y toldero portugués que se afincó en el siglo XIX en Cuba, por entonces territorio ultramarino de España. En la capital de Cuba, La Habana, fundó un afamado taller de toldos y marquesinas en la calle Neptuno llamado «El Rey de los Toldos». En La Habana se ganó buena fama gracias a su profesión.
Se dice que Matías Pérez fue un hombre osado, valiente, progresista y con sueños de gran altura. Una de las actividades de su profesión era la reparación de velas de barcos. Y quizás pensando en esas velas empujadas con el viento Matías soñaba con volar.
Ante de sus expediciones en globo Matías Pérez era ya un amante de los estudios de la aeronáutica del siglo XIX. Una de sus pasiones era leer y estudiar las publicaciones que salían sobre el tema, sobre todo las provenientes de Europa. Dicen que también tenía escritos sobre aeronáutica de Leonardo da Vinci. En definitiva, un apasionado por el vuelo del ser humano.
El globo de Matías Pérez
Allá por el año 1856 Matías Pérez compró un globo al piloto francés Eugene Godard. Este fue un famoso aeronauta nacido en Francia en 1827 y que a lo largo de su vida realizó varios vuelos el globo. Eugene Godard también fue pionero en la construcción de globos de gas y de aire caliente.
Matías Pérez puso como nombre al globo “La villa de París”. Le había costado unos 1.200 duros de aquella época.
El primer viaje en globo de Matías Pérez
El 12 de junio de 1856 realizó su primer viaje en solitario en su globo. Había unas excelentes condiciones atmosféricas. Pérez voló desde la Plaza de Toros de la Habana hasta unos 5 o 6 kilómetros, en una zona conocida como Filtros del Husillo. Su primer vuelo fue un éxito. Su historial de vuelo empezaba como siempre había soñado.
El segundo viaje en globo de Matías Pérez. Y voló.
Su segundo vuelo tuvo lugar el 29 de junio de 1856. Había obtenido un permiso del general Concha para realizar el segundo vuelo.
La mañana del 29 de junio de 1856 los periódicos locales habían informado que el viento era demasiado fuerte. Pero Matías Pérez era osado e impaciente. Durante todo el día había retrasado su vuelo, pero finalmente a las 7.00 pm emprendió el vuelo.
Y voló. Se elevó sobre el Paseo del Prado de La Habana, Pero el fuerte viento y los vientos cálidos empujaron de forma rápida a “la villa de París” con Matías Pérez en su interior. El aeronauta no pudo controlar el globo debido al fuerte viento. Se fue a la deriva hacia el norte, sobre el mar Caribe, sobre el estrecho de Florida, desapareciendo tras las nubes. Fue la última vez que lo vieron. Desapareció si dejar rastro. Nunca encontraron restos del piloto ni del globo.
Voló como Matías Pérez
El segundo vuelo de Matías Pérez y su posterior desaparición fue todo un fenómeno en La Habana. Tanto que quedó inmortalizado en su cultura popular, en su folclore. A partir de entonces cuando alguien o algo desaparece los cubanos dicen “Voló como Matías Pérez”.
Su historia es narrada en el libro “Contribución a la historia de la aeronáutica y el correo aéreo en Cuba” de Tomas Terry.
Anteriores vuelos en Cuba
Antes de Matías Pérez en Cuba ya habían existido otros aventureros de la aeronáutica en la historia Contemporánea. Parece ser que el primer aeronauta en Cuba fue el francés Eugenio Robertson, que el 19 de marzo del año 1829 se elevó en un globo aerostático desde la Plaza de Armas de La Habana. Esta ascensión en globo formó parte de unos festejos realizados consecuencia de la inauguración del Templete, un edificio de estilo neoclásico.
En 1830, otro francés, Adolfo Theodore, realizó tres ascensiones el globo. A partir de entonces se sucedieron los vuelos. En 1831 voló el cubano José Domingo Blinó, que repitió en 1833. Otros vuelos realizados en los años posteriores fueron hechos por aeronautas relativamente famosos de la época, como el norteamericano Hugo Parker, el francés Víctor Verdalle o el también francés Eugene Godard, que realizó diversas ascensiones y que fue fundamental para la inspiración de Matías Pérez de Volar.
Eso sí. Matías Pérez será el más famoso de estos aeronautas, el único que ha permanecido en la memoria colectiva del pueblo cubano. Aunque esta memoria haya sido consecuencia de su desgracia.
Foto de Matías Pérez (centro) con Eugene Godard (derecha) en el globo «La Villa de París».