El juego de dominó supuestamente los italianos fueron los que lo regaron por toda Europa.
El caso es que llegó a Cuba y no se sabe con exactitud si vino desde Italia, España o Estados Unidos.
En la isla existen dos tipos de dominós: el oriental que emplea 28 fichas, con combinaciones del 1 al 6. Y el que se juega en occidente que tiene 55 fichas, que llega hasta el 9. Generalmente se juega en pareja aunque también existen otras modalidades como el “solo para solo”, la longaniza, etc.
El dominó en nuestro país no es solo poner una ficha tras otra, con el objetivo de pegarse. La experiencia del juego va más allá. Se trata de todo un vocabulario exclusivo para el mismo, de actitudes y estrategias como farolear, agacharse, botar la gorda, tirar las fichas, tocar la mesa para pasarse, etc.
Un lector no cubano probablemente no entiende de qué se trata, tiene que verlo y vivirlo. De seguro va a disfrutar la pasión que ponemos en cada ficha.