El Mirador de Martí o la pagoda de Mantilla, uno de los edificios más singulares de Cuba. 🏯😊
En el medio de barrio de Mantilla, se alza el que quizás sea uno de los edificios más singulares no solo de La Habana, sino de toda Cuba. Su historia es casi desconocida, pero todos los conocen como el Mirador de Martí o la pagoda china de Mantilla. Hoy se contamos un poco de los misterios y los mitos que lo rodean por más de 60 años…
Ubicado en la calle Rosell, entre Don Tomás y Caballero, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, esta curiosidad arquitectónica data del año 1958.
Fue financiado por Adolfo Carbonay Macías cuyo abuelo (Andrés Carbonay) había conocido a José Martí en Tampa y fue miembro del Ejército Libertador en la expedición Florida (Tampa-Cuba) dirigida por el General Lacret y organizada por Don Tomás Estrada Palma.
Detalles de la pagoda durante su construcción
El hombre destinó aproximadamente 50 mil pesos cubanos, una verdadera fortuna para su época, para darle forma a su sueño. El complejo, según el proyecto original, contaría de viviendas en las dos primeras plantas y el resto estaría destinado a lo que hoy sería un centro de estudios martianos.
Contemplaba además una piscina con una fuente que tendría una rosa blanca de donde brotaría agua iluminada con los colores de la bandera; y un parque infantil, ambos de uso público para los mejores estudiantes de la zona. Detalles de la pagoda durante su construcción
Igualmente el busto estaría encima de una estrella, pero la asimetría dificultaba la ejecución y se decidió hacer la semipagoda para rendir culto a la lucha de los combatientes de origen chino que participaron en la guerra independentista.
En un principio contaría solo de dos pisos, para vivienda de Adolfo Carbonay y su familia, pero después la cosa fue tomando mayores vuelos. Se agregó un tercer piso para lo que sería una gran sala de fiestas y un estudio fotográfico. Del cuarto piso hacia arriba sería un centro de estudios martianos y rematando la edificación un mirador.
Detalles de la pagoda en la actualidad
Dicen los que vivieron en Mantilla por décadas que allí se celebraban las mejores fiestas de quinceañeras y luego incluso funcionó en los años 90 una famosa paladar.
Por el gran deterioro del original, la figura que hoy muestra el edificio Martí, o Mirador de Mantilla, es una réplica colocada a principios de siglo bajo el auspicio de la Oficina del Historiador de La Habana, cuando se sometió a reparación por una brigada de “alpinistas” y la Empresa Puerto Carenas, quedando su construcción de hormigón e instalado un pararrayos y luces.
La altura total es de 22 metros, consta de 7 pisos y el busto de Martí, de 7.5 metros de altura, es el segundo más alto de Cuba, solo superado por el del Aposto que se encuentra en el Pico Turquino.
Detalle del mirador y el busto de José Martí
La cabeza está esculpida con yeso y magnificada para facilitar su vista a larga distancia. Además, está orientada hacia la salida del sol.
Sus dueños siempre la han pintado con los colores rojo, azul y blanco, para honrar a la bandera cubana y en su planta baja existe una tarja con un pensamiento de José Martí.
Actualmente allí residen los Carbonay – Macías, descendientes directos de los propietarios originales de la casa.
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