El Palacio Presidencial de La Habana, fue construido entre 1909 y 1920 para ser la sede del gobierno provincial de La Habana, pero el presidente Mario García Menocal lo escogió para ser la sede del Ejecutivo.
En 1909 el general Ernesto Aubert, entonces gobernador de La Habana, decidió construir una nueva sede que acogiera al Gobierno Provincial. El proyecto fue realizado por los arquitectos Rodolfo Maruri (cubano) y Paul Belau (belga), mientras que la fase constructiva fue asumida por la General Contracting Company.
La decoración interior estuvo bajo la responsabilidad de Tiffany Studios. El edificio, proyectado a partir de los cánones del Eclecticismo, consumió para su terminación un presupuesto que rebasó el millón y medio de pesos. Sus suelos y escaleras se revistieron con mármol de Carrara.
La cúpula que corona la edificación, recubierta en su exterior con piezas de cerámica vidriada y que no estaba incluida en el proyecto génesis, fue, en su momento, de las más altas de la ciudad. El palacio fue decorado con obras pictóricas y esculturas de artistas cubanos como Armando García Menocal, Antonio Rodríguez Morey, Leopoldo Romañach, Esteban Valderrama, Juan Emilio Hernández Giró, Teodoro Ramos, Fernando Boada, Jilma Madera y Esteban Betancourt.
En 1917 la historia del inmueble tuvo un giro trascendente que marcó su destino posterior. A fines de ese año, visitó las obras la Primera Dama de la República, Mariana Seva, quien quedó cautivada por la magnificencia de la edificación y por lo privilegiado de su ubicación. Mario García Menocal, su esposo y presidente del país, echó mano a las argucias legales necesarias y desposeyó al Gobierno Provincial de la propiedad del palacio.
A inicios de 1918 todo estuvo arreglado para que el edificio se convirtiera en Palacio Presidencial de la República de Cuba. El 31 de enero de 1920 se inauguró oficialmente la mansión ejecutiva, aunque la obra, en todos sus detalles, no fue concluida hasta el día 12 de marzo de 1920.
La planta baja sirvió para alojar a las dependencias que aseguraban las funciones principales, central telefónica, oficinas auxiliares, planta eléctrica y hasta la caballeriza, porque en el momento de la inauguración no estaba tan extendido el uso del automóvil en Cuba.
La primera planta acogió a los más importantes espacios del Palacio: despacho presidencial, Salón de los Espejos, capilla, Salón Dorado y el local donde radicó el Consejo de Ministros.
En el segundo piso se instaló la residencia presidencial y en la última de sus cuatro plantas se ubicó la guarnición responsabilizada con la custodia de la mansión.
Publicacion de nuestro amigo Rey Gonzalez